Vienen
a Sevilla 180 millones de inversión "privada"
para construir un gigantesco proyecto de ocio junto al Guadalquivir
sin ayuda de "papá
Ayuntamiento o Junta"
como presume el portavoz del proyecto y consejero delegado del
Palacio de Deportes de Madrid Manuel Salcedo1.
Mientas
el susodicho se congratula de que "en
Sevilla hay mercado"
para estas infraestructuras el propio comisario para los
Derechos Humanos del Consejo de Europa en su visita de junio de 2013
a Sevilla "se
mostró consternado al saber que los niños se desmayaban en la
escuela debido a la falta de comidas apropiadas, y que llevaban la
misma ropa durante tres semanas consecutivas, a causa de la pobreza"2.
Tiene
que explicarnos Manuel Salcedo de dónde salieron esos 180 millones
de inversión "privada" si no fue con el trabajo colectivo
de los asalariados a los que explotó previamente ese capital
"privado". También cómo va a contar con "el
terreno situado entre Puente de la Delicias y el Puente de Tablada"
sin ayuda del "papá Ayuntamiento o Junta" y por qué
agradece la disposición de los mismos.
Mientras
en Sevilla, Andalucía y España bajo el capitalismo no hay manera de
atajar el problema del hambre, del desempleo, de la vivienda para
aquellos que lo han producido todo con su trabajo físico e
intelectual y que hoy viven pendientes de la caridad, no faltan
medios ni recursos para construir palacios de ocio de “estética
modernista [...]
integrado
de forma sostenible
y respetuosa con la naturaleza"
Hoy
en día se ven más abiertamente que nunca las contradicciones del
capitalismo: la mayor capacidad productiva y desarrollo
técnico-científico de la historia y más miseria que nunca pues
aumentan las masas proletarias despojadas de todo medio de
producción. La única solución la apropiación por parte de la clase asalariada de los medios fundamentales de producción. O lo que es lo mismo: el Socialismo.
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