miércoles, 17 de julio de 2013

Sobre Amate




PROBLEMAS ACTUALES DE LA CLASE OBRERA SEVILLANA

 

 

AMATE EN SITUACIÓN TERMINAL

 

 

La crisis cíclica del capitalismo golpea con crudeza a las barriadas trabajadoras de todo el continente. Nuestra ciudad no es ajena a este proceso de descomposición del capitalismo, que únicamente puede ofrecernos miseria a los trabajadores.

 

El paro forzoso, consecuencia del capitalismo, azota con crudeza a las familias del barrio que en ningún momento fueron culpables de la situación. Pagan justos por pecadores. Este paro crónico en el barrio no solamente conlleva la situación de desempleo para el trabajador que la sufre, también sus familias, y la población trabajadora en general. Los padres trabajadores no tienen con que alimentar a sus hijos y deben recurrir a la solidaridad de vecinos o bancos de alimento, los más jóvenes no pueden aspirar a estudios superiores ante la imposibilidad de pagar cada vez mayores tasas, las parejas jóvenes ni siquiera pueden plantearse el empezar un proyecto de vida independiente e incluso sufren los niños de las familias trabajadoras, en los cuales aparece la desnutrición infantil. No estamos hablando de Somalia, sino de un barrio obrero en la Sevilla capitalista del siglo XXI.

 

Pero a los obreros y a las capas populares no solamente les afecta esta situación en el plano económico. También en todos los ámbitos de su existencia, lo que les impide llevar una vida digna; lo cual no significa indigna pues en estos casos es en los que se demuestra la gran dignidad de la clase obrera y el orgullo de pertenecer a ella: muchos vecinos cuya situación tampoco es boyante ayudan como y cuanto pueden, demostrando que la clase trabajadora posee un potencial y una fuerza invencibles si realmente actuamos como tal.

En dicha situación, nos encontramos con que hay barriadas como San Antonio que ni siquiera disponen de centro de salud ni de colegios, y en el resto del distrito es cada vez más difícil para los trabajadores el acceder a la salud o a la educación.

 

Pero todo esto, ¿es una situación artificial o surge por arte de magia? No, esta situación es consecuencia del sistema socio-económico de la sociedad sevillana: el capitalismo, que es el causante del sufrimiento actual de la clase trabajadora.

 

Solamente en un sistema criminal que no está para satisfacer las necesidades del pueblo sino para enriquecer a un puñado de capitalistas adinerados se dan situaciones tales como que un barrio de paro crónico esté situado cerca de varios polígonos industriales. Solamente en el criminal capitalismo se dan situaciones tales como que en un barrio que está a dos pasos de grandes centros de producción cárnicas y alimenticias los trabajadores y sus familias pasen hambre. Es decir, las gentes hambreadas sucumben al paro y al hambre estando rodeados de riquezas y mercancías.

¿Y porqué esta situación? Por el capitalismo, el sistema socio- económico en que vivimos en la Sevilla del siglo XXI. En el capitalismo existen dos clases enfrentadas: la clase obrera o los trabajadores y la clase burguesa o empresarios. Ambas tienen intereses contrarios. Los empresarios son los dueños de las fábricas, los almacenes, los centros de trabajo, las tierras, etc. y su objetivo es obtener cada vez mayores ganancias al menor coste, puesto que de lo contrario se verían superados por la competencia. Para ello deben producir cada vez más barato, invertir más en maquinaria, absorber a otros competidores, bajar los salarios, aumentar las jornadas laborales y reducir los derechos de los trabajadores. Hacen esto porque es lo que necesita el capitalista para subsistir en el mundo de la competencia capitalista.

 

Esta situación lleva al empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. Pero la cosa no acaba ahí. Al producir para obtener más beneficios sin importar las consecuencias y no para satisfacer las necesidades del pueblo, los capitalistas producen aquello que más beneficio les vaya a dar. Pero otros capitalistas ven la oportunidad de negocio y producen también las mercancías rentables en ese momento.
Sin embargo esta manera de producir sin control tiene un límite, debido a la merma en las condiciones de vida de las clases trabajadoras y en sus ingresos, estos no son capaces de adquirir todas las mercancías que se producen y fabrican. Y si las mercancías no encuentran comprador, las empresas se ven abocadas al cierre.

 

He aquí la explicación a las crisis cíclicas del capitalismo. En este sistema económico se produce la situación de que existiendo una gran abundancia de mercancías producidas, los trabajadores no pueden adquirirlas y se ven privados de ellas. Observemos las estanterías de, por ejemplo, los supermercados y grandes superficies comerciales repletos de decenas de marcas, modelos y packs de comida y otros víveres de primera necesidad y como los trabajadores del barrio no se pueden permitir siquiera el comprarlas. Y eso que son los trabajadores los que producen todas las mercancías y todas las riquezas, y no los empresarios como nos quieren hacer creer para que confiemos en este sistema criminal y genocida.

 

Por tanto, si comprobamos que es el capitalismo el causante de las desgracias que nos aquejan a los trabajadores, si comprobamos que el capitalismo lleva en su seno la crisis que nos arroja al precipicio del desempleo y la miseria, si comprobamos que ninguna salida puede haber satisfactoria para los trabajadores en este sistema, ¿por qué seguir confiando en él?

 

La fuerza y la solidaridad de nuestra clase se demuestra día a día en estas situaciones difíciles. El orgullo de pertenencia a la clase más revolucionaria y dinámica de la historia está presente en estos complicados momentos, en forma de ayuda y solidaridad entre vecinos y trabajadores. Debemos entender que nosotros somos la base de este sistema, que este sistema crece a base de chuparnos la sangre, a base de negarnos las riquezas que los trabajadores producimos. Debemos entender también que somos un conjunto, millones y que caminando y golpeando en una misma dirección podemos vencer, y venceremos, a aquellos que hoy nos parecen omnipotentes y eternos. Los obreros y el resto de los trabajadores tenemos en nuestras manos las llaves de la sociedad, sin nosotros no funciona por tanto es hora de de unirnos a la manera que se unen los que ayudan a sus hermanos de clase más necesitados, en una sola voz, en un solo pueblo, en un solo puño. Porque somos una clase: los oprimidos, los explotados, los de abajo, los parias de la tierra y es hora de empezar a actuar como una clase obrera firme, férrea, que camina hacia el horizonte de su emancipación: la derrota del capitalismo y de la sociedad de clases.

 

¡POR EL FIN DEL CAPITALISMO!

 

COMITÉ PROVINCIAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL

 

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