domingo, 24 de febrero de 2013

Opinión: ¿Es España un estado fascista?



Estamos viendo en los últimos tiempos el regreso de un debate ya superado por el mero desarrollo de la estructura económica del Estado burgués español, de la base en la que se sustenta la superestructura, ante lo cual emergen viejas posiciones políticas ya derrotadas que realizan nuevas piruetas dialécticas para definir al Estado Español como fascismo.

Uno de los argumentos que nos dan los caracterizadores del fascismo es la inexistencia de una fecha determinada para definir los cambios dialécticos en la superestructura del Estado Español, de su paso de fascismo a democracia burguesa.

Podemos apuntar varias fechas, todas coincidentes en el tiempo tras la reforma política que llevó a la extinción del aparato corporativista del fascismo, de la disolución de sus organizaciones de masas (todo fascismo se nutre de organizaciones de masas que agrupan a la pequeña burguesía para la guerra abierta al proletariado) tales como las Cortes franquistas o el Sindicato Vertical. La reforma política se produjo a finales del 76, y la aprobación de la Constitución en el año 78. En estas fechas se procedió a la liquidación formal y superestructural del franquismo y su sustitución por el parlamentarismo bicameral.

Ni que decir tiene que España siguió siendo una dictadura de la burguesía, un régimen basado en el terror y la represión al proletariado, caracteres que también se dan en la democracia burguesa y que casualmente olvidan quienes nos hablan mecánicamente y bajo un prisma idealista de fascismo.

Cualquiera que viviese en esa época notó un evidente cambio de formas, a pesar de la represión y las muertes en la denominada Transición, pensar que en una democracia-burguesa iba a desaparecer tal represión es puro idealismo subjetivo, pues sigue siendo dictadura del capital. Sin embargo, comparado con las sacas, los paseos y los fusilamientos abiertos del fascismo durante las décadas anteriores es desde luego un cambio, y a cualquiera con dos dedos de frente no se le pasa por alto ese detalle. 

La democracia burguesa, como dictadura de clase, siempre será beligerante contra todo movimiento obrero, popular o revolucionario y negar esto es negar el carácter dictatorial y de clase de la democracia burguesa. Por tanto estamos hablando de dos formas de la misma  dictadura de clase, y es un absurdo el hablar de cambios cualitativos en una misma dictadura burguesa. A no ser que de forma idealista se piense que la democracia burguesa iba a demoler las estructuras del Estado o purgar a los que formaban parte de ella: porque de ser así según este análisis mecánico Alemania es un estado nazista. Recordemos que la Alemania revanchista los cuadros del nazismo, excepto pocos exponentes de su cúpula, siguieron al frente del Estado, así como los Krupp, Siemens, Thyssen, etc es decir la oligarquía imperialista al frente del poder económico y por ende del político. Por tanto vemos como dentro del imperialismo cabe tanto la democracia-burguesa como el fascismo, por la sencilla razón de que ambas son dictaduras de la burguesía.

Lo que nuestros caracterizadores del fascismo nunca nos dicen es: ¿qué es para ellos la democracia burguesa?¿Acaso se mide la democracia tan sólo por el grado de represión? La Inglaterra del siglo XIX, democracia burguesa parlamentarista e imperialista causó muchos más muertos, más violencias y más represión que por ejemplo el Chile de Pinochet. Y no se nos ocurrirá calificar a la Inglaterra de finales del siglo XIX y principios del XX como fascismo, pues sería un absurdo y una contradicción: Dimitrov aún no había enunciado sus famosas frases, que mecánicamente se citan obviando su caracterización concreta, para un momento concreto, para una realidad concreta, que ha sido superada por la experiencia. Y eso a pesar de que uno de los argumentos estrella de los que atribuyen a España el fascismo es decir que los que apostamos por la Dictadura del Proletariado ante la dictadura de la burguesía es que no nos ceñimos a la situación concreta de España y que todo lo hacemos en base a conceptos abstractos.

En la situación concreta de España, según ellos existe el fascismo desde el 1 de Abril de 1.939. Sin embargo, de la dictadura primoriverista a la II República tampoco se produce una demolición de los aparatos del Estado, ni mucho menos del ejército ni se depuró a los generales que poco después darían el sangriento golpe de estado antipatriótico. ¿Fue entonces la II República un régimen fascista?
 No sólo eso, sino que en España a pesar del dominio de ciertos territorios coloniales en África tampoco se podía hablar de un desarrollo pleno del imperialismo, al tener gran parte de la estructura económica del país con características semifeudales. Por tanto, ¿surge de la nada esa dominación del capital financiero mediante la dictadura terrorista o Juan March, por ejemplo, nace el 1 de Abril de 1939? ¿Casas Viejas o el “fusilamiento” de Casa Cornelio tras la Huelga de Sevilla, con sus numerosos muertos, no son ejemplos de represión burguesa dentro de la experiencia democrática? 

El proceso histórico de desarrollo del capitalismo español, que llega a un amplio desarrollo de sus fuerzas productivas a finales de los 50, es un proceso de reformas graduales con un objetivo claro: introducir a la burguesía española en los organismos imperialistas supranacionales ante la imposibilidad de concurrir a la lucha por los mercados nacionales en solitario. Los cambios en la superestructura se deben al intento del capitalismo español de insertarse en organismos supranacionales superadores del estrecho marco del mercado nacional, y ante el cual el régimen fascista abierto era un freno para el desarrollo de las fuerzas productivas y para la batalla ideológica que engañase a los obreros españoles, en un contexto en que la lucha de clases amenazaba con desbordar la situación. Es decir, para la oligarquía internacional dueña de los medios de producción españoles(algunos hablaban de colonia de USA) y para la burguesía subsidiaria autóctona quizá el propio fascismo abierto  y el Estado Corporativo(que dicho sea de paso va desapareciendo gradualmente antes de la aprobación de la Constitución del 77) era un lastre como decimos, para el desarrollo de las fuerzas productivas.

Es decir, no existía voluntad de superar el fascismo sino que la propia esclerosis y agotamiento de dicho sistema hacia necesario un lavado de cara y tímidas reformas para plantear una batalla ideológica en la que la burguesía recuperase la iniciativa, en un momento de flujo de las luchas populares. Y dicha batalla la ganaron, se inculcó en la clase obrera la ilusión en la democracia-burguesa con el apoyo decisivo de las organizaciones de "clase" (PCE, CCOO), y las burguesías periféricas que si bien se abstuvieron en los distintos referéndums si que apoyaron de facto la entrada que les proporcionaba el gran capital en las instituciones del Estado.

No sólo eso sino que organizaciones como Herri Batasuna, poco sospechosas de simpatizar con el fascismo, llegaron y siguen estando ligadas a la gestión del Estado de los monopolios en Euskadi: bien a través de las diputaciones forales o bien a través de la gestión municipal.
 

Estamos de acuerdo en que muchos de los personajes del fascismo no cambiaron, sin embargo el marxismo nos enseña que las personalidades concretas no cambian la historia. Y eso es precisamente porque no cambió el transfondo de la naturaleza de clase, dictadura de la burguesía, pero si las formas: los fascistas se transformaron en los conocidos “demócratas de toda la vida” y los represores gozaron de todas las facilidades para travestirse, pero ¡eso no cambió su papel de represores, pues toda democracia-burguesa necesita represores y necesita imponerse por la fuerza a la clase obrera!

No sólo eso sino que en el marco de la lucha de clases se necesitaba cambiar las formas, la superestructura, hacerla “más dulce” para parar en seco el vuelco en la correlación de fuerzas que empezaba a nivelarse en cierta manera. De este modo ganaron la batalla en todos los aspectos de la superestructura destinada a “suavizar” esa lucha de clases, desde la aceptación del marco jurídico, en lo político(aceptación del parlamentarismo, de la democracia burguesa, de la conciliación de clases en el marco del estado),en lo nacional(aceptación  de los estatutos de autonomía),etc. Todo esto con voces discordantes, por ejemplo la del PCOE que se opuso a la reforma, pero voces muy minoritarias en aquellos momentos.

Otro aspecto concreto a analizar en el desarrollo de la reforma del fascismo y su paso a democracia burguesa es la predominancia en este aspecto de una oligarquía y unos representantes del capital financiero especulativo, si bien son salidos del régimen a su vez estaban subordinados al capital alemán o usamericano en este caso. Muchas empresas grandes del INI tenían una composición accionarial bastante fuerte del capital extranjero, incluso en el mismo fascismo. SEAT, o la construcción naval son parte de esos ejemplos.
Por tanto no es la oligarquía fascista española la que determina el cambio hacia la pretendida democracia-burguesa sino que es un "cambio" en el que también tienen mucho que decir, desde fuera, las oligarquías dominantes. Proceso de introducción del capital extranjero, que se desarrolla exponencialmente con la democracia burguesa, validando así nuestro análisis.
 

Esto es incompatible con el chovinismo y el nacionalismo del Estado corporativo del fascismo. Precisamente ese estado corporativo en la superestructura y ese chovinismo en la estructura va desapareciendo progresivamente, quedando reducido a esperpentos folklórico-culturales. Por muchos golpes de pecho de nacionalismo español que se den, no deja de ser una realidad objetiva que España es un país subordinado en la UE, y así lo fue tras la llegada del “amigo americano” a mediados de los 50, en pleno fascismo.

Todo este proceso tenía un fin concreto para la burguesía. La constitución de 1978 y el proceso de "reformas" que le siguen adecuaron el marco jurídico-político, la superestructura, en torno a la entrada en los organismos imperialistas cuyo resultado final se plasma en Maastricht en 1992,es decir, la plena incorporación del estado de la oligarquía española al organismo de dominación de la oligarquía financiera internacional dominante que es la UE. 

Repetimos: la naturaleza del Estado, su carácter de clase como dictadura de la burguesía sobre la clase obrera, no se modifica en el período mentado, no ha habido ninguna transición de una forma de estado a otro puesto que ambas son dictadura de la burguesía. La forma que revista, fascismo abierto o parlamentarismo la determina la capacidad que tenga el capitalismo, las fuerzas productivas de desarrollarse.

Es decir, los cambios dialécticos en la superestructura dentro del capitalismo los determina la evolución material de la base, del modo de producción capitalista.

Por tanto,¿podemos hablar de fascismo? Podemos hablar de Estado con rasgos nítidamente fascistas que debido a las necesidades históricas del capitalismo se enmascara bajo el manto de la democracia-burguesa, el cual sigue siendo un régimen de dictadura para las clases explotadas. No podemos olvidar que no existen diferencias de clase entre el fascismo y el parlamentarismo, eso sería afirmar que dentro del parlamento puede existir un capitalismo de "rostro humano" en oposición al terrorismo fascista. No, los dos son lo mismo: dictadura de clase.

Por tanto, hablar de República Popular, hablar de la necesidad de conquistar la democracia, plantear al proletariado el objetivo estratégico de los derechos democráticos en contraposición al fascismo es una fórmula errónea. El objetivo es la conquista del poder y la dictadura del proletariado, y en un país de desarrollo medio-alto como España, sin discusión un Estado imperialista, que ya ha desarrollado sus fuerzas productivas lo suficiente, el único paso que queda es la Revolución Socialista. No nos hace falta desarrollar las fuerzas productivas que ya se encuentran en su punto exacto para ofrecer resultados tangibles mediante la economía planificada. La pequeña burguesía, y las burguesía nacionales, forman parte de este Estado, toman parte en su gestión por tanto no tienen nada avanzado, progresivo o democrático que ofrecer y solamente corresponde a la clase obrera el liderar este proceso de Revolución Socialista.

Según los partidarios de la República Popular, a la democracia se llegaría mediante la alianza con sectores oprimidos por el capital financiero, por el imperialismo que ellos traducen en fascismo: Revolución anti-monopolista para ellos. Pero es que incluso en el capitalismo premonopolista ,ya superado, se producía un dominio de este capital financiero: 
 

Pequeños industriales, pequeños comerciantes y rentistas, artesanos y campesinos, toda la escala inferior de las clases medias de otro tiempo, caen en las filas del proletariado; unos, porque sus pequeños capitales no les alcanzan para acometer grandes empresas industriales y sucumben en la competencia con los capitalistas más fuertes; otros, porque su habilidad profesional se ve depreciada ante los nuevos métodos de producción. De tal suerte, el proletariado se recluta entre todas las clases de la población.

Marx y Engels: “Manifiesto del Partido Comunista” (1848) 

Es decir, en el capitalismo premonopolista también se producía la dominación del capital financiero. Si ellos mecánicamente reducen el fascismo a la dominación del capital financiero, a la dominación de los monopolios nos encontramos entonces con que los Estados Unidos de principios del siglo XX era un estado fascista, que además ejecutaba obreros(Sacco & Vanzetti entre cientos de casos)  y no la más avanzada de las repúblicas democrático burguesas. Una contradicción en sí misma.

Con respecto a la aristocracia obrera, incluso en el fascismo existe. La diferencia es que lugar ocupa dentro del Estado. En la democracia burguesa, existe el Parlamento y los partidos políticos, y para los marxistas esos partidos políticos representan los intereses de determinadas clases sociales. Por tanto, se produce un reconocimiento del antagonismo de los intereses de clase, muy alejado del corporativismo fascista que lo único que reconoce es que todas las clases tienen los mismos intereses.

 En lo sindical, y en el caso de España ya que ellos quieren lo concreto, se produce la desaparición del Sindicato Vertical y la aparición de organizaciones de clase, otras amarillas, que coparticipan en la gestión del Estado pero muchas de ellas sin ser parte del Estado sino entes jurídicos propios. Esto se demuestra echando un vistazo a la “negociación” del convenio colectivo, dónde a los sindicatos se les da formalmente reconocimiento de sujeto propio, e interlocución. No nos referimos sólo a UGT y CCOO, que no son organizaciones de clase pero que formalmente no forman parte orgánica del Estado(formalmente claro).No sólo eso sino que no son los únicos reconocidos como interlocutores por la democracia burguesa: según los que proclaman el carácter del estado como fascista organizaciones como LAB, CIG o la Coordinadora Sindical de Clase serían fascistas al llegar a acuerdos puntuales en el marco del estado que ellos consideran fascista. Un absurdo, como se ve.
 

Ellos nos dirán que UGT y CCOO ejecutan las políticas del capital pero, ¿acaso pensaban que no iba a ser así?, ¿acaso pensaban que el marco laboral de una democracia burguesa no tiene como fin el someter a la clase dominada? Esta destrucción del marco vertical y corporativo es señal de un cambio en la superestructura, sería otro absurdo pensar lo contrario. Pero como todo absurdo puede tener una explicación pretendidamente científica, se procedería a la definición de fascismo “por grados” lo cual entra en contradicción con la definición de Dimitrov que se suele usar como mantra. Un atolladero, o una pirueta dialéctica, como prefieran. 

Otro de los argumentos tópico es la continuidad de la Audiencia Nacional, pero ¿acaso no es la base económica la que determina dónde y cómo, con que instrumentos se da la lucha de clases? Es decir, el antiguo TOP, ahora Audiencia Nacional siempre va a existir, porque lo que existe es una dictadura de la clase burguesa. Es decir, estos tribunales forman parte del instrumento estatal de la dictadura de la burguesía y van a seguir existiendo en democracia burguesa o en el fascismo. Creer que bajo la democracia burguesa no existen los tribunales especiales, o situaciones que rebasan la superestructura legal, es de ingenuos. Una rápida mirada a la base norteamericana de Guantánamo y a su marco jurídico nos hace ver aún más la absurdez de dicho argumento.

Pero planteémoslo a la inversa: ¿para el paso de democracia burguesa a fascismo la burguesía purga a sus instituciones o a sus representantes democrático-burgueses? ¿porqué entonces debe ser al revés?¿acaso como dijimos antes la familia March no existió antes, durante y después del 1 de Abril de 1939?¿O los Alba?¿O los Ybarra?¿O los Luca de Tena?,etc. ¿Purgó el fascismo a los representantes de las diputaciones anteriores a 1936 o los integró en su seno, porque de lo que se trataba es que eran representantes de dos formas distintas de una misma cosa: la dictadura de la burguesía?
 

En resumen, identificar a España como estado fascista es una aplicación idealista de la dialéctica, dejando de lado la idéntica superestructura económica sobre la que se asienta tanto la democracia burguesa como el fascismo y olvidando el idéntico carácter de clase, de dominación tanto de la democracia burguesa como del fascismo.
El único salto cualitativo es entra la dictadura de la burguesía y la dictadura del proletariado. Idealizar la democracia como contrario del fascismo es un absurdo, así como repetir mecánicamente las experiencias de las Repúblicas Populares de los años 40, que demostraron su error en la práctica.
 

Así, República Popular fue la Hungría post-Horthy donde no se destruyó el estado, sus instituciones y si se apostó por el fomento de la democracia en el marco de los frentes nacionales antifascistas y antiimperialistas. El resultado fue que en 1956 la burguesía logró recomponer sus fuerzas en cuestión de horas y de no ser por la ayuda exterior, habría conquistado el poder del Estado. Miremos también a China y veamos en qué ha degenerado la alianza que proclamaban los maoistas con la pequeña burguesía, veamos como China es a día de hoy un país imperialista, donde existe la propiedad privada y se exportan capitales( Lenovo como ejemplo de dicha práctica). Veamos también como se desarrolló el estado multipartidista de la RDA y saquemos la conclusión del fracaso de las Repúblicas Populares. Fueron útiles para un tiempo y una época concretos, pero hoy en día, en España, en una realidad concreta, lo que toca es al paso directo al Socialismo. 

Es por lo que lucha nuestra organización en la ciudad de Sevilla, como parte integrante del PCOE(PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL), el partido del proletariado en el Estado Español.
 
 

3 comentarios:

  1. Un Partido Comunista que se precie de ser serio, no se rebaja a rebatir opiniones de anónimos ni de blogs. Si desean comunicar sus puntos de vista, o intentar refutar el texto imagino que deberían conocer los cauces organizativos que proceden en estos casos.

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  2. He visto que han colgado esta alusión al programa de una determinada sigla, que por cierto en el certero análisis del PCOE no han nombrado a nadie:

    "De acuerdo con las consideraciones generales que acabamos de señalar, la revolución pendiente en España sólo puede tener un carácter socialista. No existe en nuestro país ninguna etapa revolucionaria intermedia, ningún peldaño de la cadena histórica anterior a la revolución socialista. Por consiguiente, el objetivo estratégico que persigue el Partido es la demolición del Estado fascista, la expropiación de la oligarquía financiero-terrateniente y la implantación de la República Popular. "

    Independientemente de lo aventurado de llamar Socialismo a la República Popular, parece que se les ha olvidado pegar este párrafo del programa:

    "Con la instauración de la República Popular se inicia el periodo que va desde el derrocamiento del Estado fascista e imperialista a la implantación de la dictadura del proletariado. Dicho periodo cubrirá una corta etapa de transición que puede ser considerada también como de comienzo de la reestructuración socialista, la cual deberá estar presidida por un gobierno provisional que actúe como órgano de las amplias masas del pueblo alzado en armas. La principal misión de este gobierno será la de aplastar la oposición violenta de la gran burguesía y demás sectores reaccionarios y garantizar la celebración de unas elecciones verdaderamente libres a una Asamblea Constituyente. Esta Asamblea elaborará la constitución y nombrará al nuevo gobierno democrático. "

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  3. Lo mejor que se a visto.Esta clase de trabajo llega a las manos de los obreros y de todos los proletarios del pais?

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