sábado, 16 de febrero de 2013

Al calor del 40 aniversario. El partido de la clase obrera


Hace prácticamente tres años que tuvo lugar nuestro XIVº Congreso, cuya celebración estuvo precedida por un período prolongado, en el que los camaradas que se negaron a participar en el mal llamado "congreso de unidad" entre PCPE y PCOE tuvieron que soportar duras críticas de todo tipo sin que ninguna resistiese la verdad. Aquéllos camaradas fueron expulsados. De esta forma, aunque en su ánimo hubiese estado asistir al congreso para manifestar su posición no lo pudieron hacer; pero tuvieron muy claro, desde el primer día, que nada ni nadie podía oponerse en el camino, duro pero inevitable, de continuar construyendo el partido de la clase obrera.
El PCPE en aquel instante, por demasiadas razones, no reunía las condiciones para ser el partido de vanguardia: luchas intestinas, anclado en concepciones que eran el producto de un Movimiento Comunista Internacional en decadencia; empantanado en el estadio intermedio entre capitalismo y dictadura del proletariado, con su ya entonces inverosímil "Frente de Izquierdas" para reformar la Constitución de 1978; sin un enjuiciamiento claro de la situación sindical; careciendo de una táctica de masas madurada e impregnado de nacionalismos; era pues, un proyecto de partido diametralmente opuesto a la organización revolucionaria que perseguían los camaradas de Sevilla que dijeron NO a la farsa. Militantes de otros lugares (Catalunya) se habían marchado, por lo que sólo el grupo de Valencia y uno o dos camaradas más de otros lugares decidieron integrarse en el partido “oficial”.
A cualquiera que quiera saber le debería bastar con ojear los documentos de uno y otro elaborados desde el “Congreso unificador” y podrá comprobar las enormes diferencias que existían. A menos que se tenga la mente muy retorcida, hasta el extremo de dejar a un lado la reflexión marxista-leninista, podrán seguir argumentando, como auténticos papagayos, que el nombre del PCOE no nos corresponde y cualquier otra sandez. No, camaradas. lo que se discutió y después se ha demostrado implacable, es que existían dos versiones diferentes de cómo construir el Partido Comunista y los camaradas sevillanos no estuvieron dispuestos a entrar en un partido extraño para rectificarle el rumbo extraviado. Eso ni era de comunista ni correspondía.
Queremos llegar al sitio justo después de este preámbulo necesario a la hora de evocar nuestro 40º Aniversario, cual es el que no es suficiente el número de militantes y los apoyos exteriores para convertirse en el Partido que necesita la clase obrera. Pues unos pocos camaradas sevillanos, ya muy veteranos, pero conociendo la clase obrera de nuestro país y teniendo como premisa la restitución del leninismo, se propusieron poner en práctica la magna tarea de cimentar un auténtico partido marxista-leninista.
El primer objetivo a alcanzar era construir el esqueleto en varias zonas del Estado y dar vida de nuevo a la Federación de Jóvenes Comunistas de España. El XIVº Congreso constituyó el punto de salida y, a pocos meses de cumplirse los tres años de su celebración, la expansión territorial del Partido es ya una realidad, un hecho incontrovertible, desbordando todas las previsiones, todo ello pese a múltiples carencias materiales. Por esta razón se nos adelanta un nuevo reto, que estaba llamado a ser el objeto del próximo congreso para el año que viene, pero que dada la trayectoria y el rumbo de los acontecimientos y teniendo en cuenta las nuevas posibilidades de la organización, se ha de adelantar, y que mejor fecha para comenzar su debate que la convocatoria del próximo Pleno del Comité Central. Se trata de prestar especial atención y formular la táctica adecuada para que el partido penetre en los centros de trabajo, lo que dará firmeza y amplitud a la consigna del FRENTE UNICO DEL PUEBLO.
En los últimos años, y como consecuencia de la crisis, se ha puesto al descubierto un nuevo error que atenaza a un gran número de Partido Comunistas que, hiperbolizando la figura del sindicato, oscurecen y sustituyen al Partido porque están anclados a la lucha económica. El PCOE y la FJCE al unísono cubrirán la meta propuesta porque en la actualidad las condiciones están dadas para combatir y superar el “error” o “nuevo oportunismo” que acecha.
El Partido sabrá extraer las riquísimas y también trágicas experiencias que han aportado las luchas inconexas, corporativas y eminentemente economicistas del movimiento obrero español en estos cinco años de crisis. Experiencias que deben servir para que el partido, desde la política y desde la ideología marxista, explique a los obreros el porqué de las derrotas. Sólo desde aquí y dentro de los centros de trabajo, construyendo células se puede dar la vuelta a la situación. El trabajo ya ha comenzado.
El Partido está llamado a desterrar el pesimismo y la impotencia dentro del movimiento obrero; pero una vez más decimos que será bajo la lucha política e ideológica, la que nos comprometemos a continuar con tesonería revolucionaria, porque como decía Stalin los comunistas somos de una trama especial y nada ni nadie nos doblegará.
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL

No hay comentarios:

Publicar un comentario