Hace
prácticamente tres años que tuvo lugar nuestro XIVº Congreso, cuya
celebración estuvo precedida por un período prolongado, en el que los
camaradas que se negaron a participar en el mal llamado "congreso de unidad"
entre PCPE y PCOE tuvieron que soportar duras críticas de todo tipo sin
que ninguna resistiese la verdad. Aquéllos camaradas fueron expulsados.
De esta forma, aunque en su ánimo hubiese estado asistir al congreso
para manifestar su posición no
lo pudieron hacer; pero tuvieron muy claro, desde el primer día, que
nada ni nadie podía oponerse en el camino, duro pero inevitable, de
continuar construyendo el partido de la clase obrera.
El
PCPE en aquel instante, por demasiadas razones, no reunía las
condiciones para ser el partido de vanguardia: luchas intestinas,
anclado en concepciones que eran el producto de un Movimiento Comunista
Internacional en decadencia; empantanado en el estadio intermedio entre
capitalismo y dictadura del proletariado, con su ya entonces inverosímil
"Frente de Izquierdas" para reformar la Constitución de 1978; sin un
enjuiciamiento claro de la situación sindical; careciendo de una táctica
de masas madurada e impregnado de nacionalismos; era pues, un proyecto
de partido diametralmente opuesto a la organización revolucionaria que
perseguían los camaradas de Sevilla que dijeron NO a la farsa.
Militantes de otros lugares (Catalunya) se habían marchado, por lo que
sólo el grupo de Valencia y uno o dos camaradas más de otros lugares
decidieron integrarse en el partido “oficial”.
A cualquiera que
quiera saber le debería bastar con ojear los documentos de uno y otro
elaborados desde el “Congreso unificador” y podrá comprobar las enormes
diferencias que existían. A menos que se tenga la mente muy retorcida,
hasta el extremo de dejar a un lado la reflexión marxista-leninista,
podrán seguir argumentando, como auténticos papagayos, que el nombre del
PCOE no nos corresponde y cualquier otra sandez. No, camaradas. lo que
se discutió y después se ha demostrado implacable, es que existían dos
versiones diferentes de cómo construir el Partido Comunista y los
camaradas sevillanos no estuvieron dispuestos a entrar en un partido
extraño para rectificarle el rumbo extraviado. Eso ni era de comunista
ni correspondía.
Queremos
llegar al sitio justo después de este preámbulo necesario a la hora de
evocar nuestro 40º Aniversario, cual es el que no es suficiente el
número de militantes y los apoyos exteriores para convertirse en el
Partido que necesita la clase obrera. Pues unos pocos camaradas
sevillanos, ya muy veteranos, pero conociendo la clase obrera de nuestro
país y teniendo como premisa la restitución del leninismo, se
propusieron poner en práctica la magna tarea de cimentar un auténtico
partido marxista-leninista.
El
primer objetivo a alcanzar era construir el esqueleto en varias zonas
del Estado y dar vida de nuevo a la Federación de Jóvenes Comunistas de
España. El XIVº Congreso constituyó el punto de salida y, a pocos meses
de cumplirse los tres años de su celebración, la expansión territorial
del Partido es ya una realidad, un hecho incontrovertible, desbordando
todas las previsiones, todo ello pese a múltiples carencias materiales.
Por esta razón se nos adelanta un nuevo reto, que estaba llamado a ser
el objeto del próximo congreso para el año que viene, pero que dada la
trayectoria y el rumbo de los acontecimientos y teniendo en cuenta las
nuevas posibilidades de la organización, se ha de adelantar, y que mejor
fecha para comenzar su debate que la convocatoria del próximo Pleno del
Comité Central. Se trata de prestar especial atención y formular la
táctica adecuada para que el partido penetre en los centros de trabajo,
lo que dará firmeza y amplitud a la consigna del FRENTE UNICO DEL
PUEBLO.
En
los últimos años, y como consecuencia de la crisis, se ha puesto al
descubierto un nuevo error que atenaza a un gran número de Partido
Comunistas que, hiperbolizando la figura del sindicato, oscurecen y
sustituyen al Partido porque están anclados a la lucha económica. El
PCOE y la FJCE al unísono cubrirán la meta propuesta porque en la
actualidad las condiciones están dadas para combatir y superar el
“error” o “nuevo oportunismo” que acecha.
El
Partido sabrá extraer las riquísimas y también trágicas experiencias
que han aportado las luchas inconexas, corporativas y eminentemente
economicistas del movimiento obrero español en estos cinco años de
crisis. Experiencias que deben servir para que el partido, desde la
política y desde la ideología marxista, explique a los obreros el porqué
de las derrotas. Sólo desde aquí y dentro de los centros de trabajo, construyendo células se puede dar la vuelta a la situación. El trabajo ya ha comenzado.
El
Partido está llamado a desterrar el pesimismo y la impotencia dentro
del movimiento obrero; pero una vez más decimos que será bajo la lucha
política e ideológica, la que
nos comprometemos a continuar con tesonería revolucionaria, porque como
decía Stalin los comunistas somos de una trama especial y nada ni nadie
nos doblegará.
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL
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