viernes, 17 de enero de 2014

Hollande anuncia regalo de 30 mil millones de euros para los empresarios franceses de aquí a 2017

Hollande anuncia regalo de 30 mil millones de euros para los empresarios franceses de aquí a 2017
El presidente de la república burguesa de Francia François Hollande ha anunciado la supresión total para las empresas de la cotización que se destina a subsidios familiares. Actualmente esos subsidios consisten en 128,57 € por dos hijos, 293,30 € por 3 hijos, 458,02 € por 4 hijos y  164,73 € por cada hijo de más[1].
Hollande ha calificado este «pacto de responsabilidad» como el «mayor compromiso social desde hace décadas» a la vez que se ha definido como “social, reformista, realista y sobre todo patriota”. No nos cabe duda de que Hollande lo da todo por los empresarios franceses. El dogma que se repite: son los empresarios los que crean empleo. De esta manera se rebaja a la sumisión la conciencia de los trabajadores que dejarán su destino en manos de sus explotadores.
Como es usual prometer en estos casos, se rebajan cargas sociales a los empresarios para que estos tengan más margen para contratar más gente y para invertir en ser más competitivos.
Una vez más hay que desmontar semejante contradicción, pues el empresario, para ser competitivo, invierte en tecnología que le permita producir más en menos tiempo y con menos mano de obra. Para el empresario la mano de obra o la fuerza de trabajo es un coste que trata de eliminar.  Y es precisamente esa lucha por la competitividad imparable entre los empresarios de Francia y el mundo entero el que provoca el desempleo y por tanto el que origina las crisis de superproducción cada vez más profundas.
En 2013 el Estado francés ya rebajó 20 mil millones de impuestos a los empresarios con el “crédito de impuesto para la competitividad y el empleo”[2], y recientemente se ha dado 15 millones a los industriales bretones del sector agro-alimentario como medida de urgencia ante la amenaza de aquellos de cerrar sus fábricas y realizar “planes sociales” (expedientes de regulación de empleo)[3].
Por otro lado, el Partido Comunista Francés, que renunció hace ya décadas al marxismo y al socialismo, se afana en defender a ultranza la república burguesa y lamenta que se “dinamite” el “modelo social y la república francesa”.
Una vez más se demuestra que no existe término medio entre capitalismo y socialismo y el papel rastrero de la socialdemocracia al servicio del capital, que lleva a los trabajadores a renunciar a su emancipación a través de falsas ilusiones en sus explotadores.
Comisión de Relaciones Internacionales del PCOE

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