Ya se conocen los primeros casos, al menos los oficiales, de
muertes por inanición en Andalucía, esa Andalucía donde impera el “maravilloso”
modo de producción capitalista donde todo es opulencia, desarrollo, cuadragésima
modernización, y gobierno “de las izquierdas”
Y resulta que cuanto más producimos, cuanto más beneficio
obtienen las corporaciones, cuanto mayor es la riqueza que producen los
trabajadores, se nos muere la gente de hambre. Resulta que mientras las
estanterías de los más de diez mil supermercados de Sevilla rebosan de
alimentos, se nos muere la gente de hambre. ¿Y por qué?
Algunos nos dirán que es cosa de que los políticos roban, de
la existencia de muchos coches oficiales, de la existencia de autonomías, de la
falta de listas abiertas y transparencia, y un millón de excusas más para no
señalar la causa de los males: el sistema capitalista.
Un sistema que no tiene como meta satisfacer las necesidades
del pueblo, sino otorgar el máximo beneficio a los dueños de los medios de
producción a costa de la ruína y explotación de las clases trabajadoras.
Hoy fue un inmigrante de aquella Polonia en la que otrora no
se comprendía siquiera el concepto de hambre, debido a su sistema socialista. Pero
también están el 30% de niños desnutridos de esta comunidad autónoma, el 56% de
parados, los miles de personas que acuden a comedores de caridad, el hambre y
la miseria en nuestros barrios… puede que el jóven polaco haya sido el primero
en morir, pero las consecuencias criminales del capitalismo llevan ya tiempo golpeando
a nuestra clase, exista o no el tan cacareado estado del bienestar.
Por tanto, si el sistema es el culpable, si el capitalismo
es la lacra a superar con vistas a un sistema económico superior, en el que el
hambre es un concepto que los trabajadores siquiera comprenden por lejano, ¿a
qué esperamos para darle la puntilla?
Necesitamos un gobierno de los trabajadores, por los
trabajadores y con los trabajadores. Basta ya de que los empresarios criminales
y su sistema económico, político y
social sigan destrozando nuestras vidas. Hagamos realidad aquella frase de :¡ a
cada cual según su necesidad, de cada cual según sus capacidades!. Porque sin
acabar con el capitalismo, no podremos acabar con el hambre.
Asimismo denunciamos a los representantes de los empresarios
en los Parlamentos y Ayuntamientos. Tanto al reaccionario Zoido, como al
inefable tándem Susana Díaz-Valderas, o a los sindicatos a sueldo de los empresarios(CCOO-UGT) cuya poca vergüenza les lleva a vendernos
la necesidad de gestionar el capitalismo para darle un “rostro humano”.
Ya estamos viendo cual es ese rostro humano, el de la
muerte, el del paro, el de los desahucios, el de la miseria, etc,etc,etc,
¡ES HORA DE MANDAR EL CAPITALISMO AL BASURERO DE LA
HISTORIA!
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