De
manera clara, sobretodo en estos momentos de crisis, estamos viendo
cual es el rumbo que los imperialistas, y su sistema de producción
capitalista putrefacto, marcan a la Humanidad: desigualdad, miseria,
guerras de rapiña, desempleo, explotación y muerte.
La
experiencia práctica de la URSS, su formación, desarrollo y derrumbe es
una enseñanza vital que debe fortalecer tanto a la ciencia
marxista-leninista como aaquellos que a día de hoy nos reafirmamos en
ella como instrumento y guía trascendente en la necesidad real que tiene
el género humano de zafarse del capitalismo; pero ello sólo será
posible con un Partido Leninista reconocido por las masas.
La
burguesía siempre ha sido conocedora de dicha condición; por ello,
siempre ha lanzado, al igual que hoy, furibundos ataques y ha ejercido
una brutal represión contra las organizaciones leninistas y sus
militantes. Porque es consciente que la clase obrera, sin el Partido
leninista, no es peligro para su hegemonía y sus desmanes.
Tras
20 años de la caída de la URSS, la historia ha demostrado cuán
impostoras y capitalistas eran todas las reflexiones dadas por aquellos
revisionistas que deformaban y envilecían al marxismo-leninismo, ya
fuera abjurando del principio de la lucha de clases, del materialismo
dialéctico, renegando de la dictadura del proletariado o afirmando que
se podía alcanzar el socialismo profundizando en la democracia burguesa.
También nos ha demostrado que sin partido, la burguesía ha avanzado y
el proletariado ha retrocedido, evidenciándose no sólo la lucha de
clases sino la necesidad de la organización leninista para la conquista
del progreso y la emancipaciónde las clases populares.
Como
decíamos, la experiencia de la URSS debe fortalecernos a los
marxistas-leninistas. Con nuestros propios ojos hemos visto cómo se
desintegró la URSS y medio mundo socialista. La guerra entre el
socialismo y el capitalismo, entre lo nuevo que tiene que nacer y lo
viejo que tiene que morir, es la contradicción fundamental existente a
nivel mundial. Tras la Segunda Guerra Mundial, la batalla librada entre
la burguesía y el Movimiento Comunista Internacional se decantó hacia
los primeros no por la victoria bélica – jamás el imperialismo ha
derrotado en guerra a ninguna revolución socialista – ni por bloqueos
económicos sino por la penetración del oportunismo en el seno de los
Partidos Comunistas. Los militantes de los Partidos Comunistas han
demostrado entrega y heroísmo, han derramado su sangre en la lucha
contra el fascismo y contra la explotación capitalista. Pero la historia
nos muestra que todo ello es doblegado, no por fuerza de voluntad o
capacidad criminal del enemigo capitalista, sino por debilidad
ideológica de los cuadros. Los Partidos Comunistas eran fuertes
económicamente: el rublo fluía y fluía, pero no se elevó ideológicamente
a los militantes, no se les formó lo suficiente, no se crearon los
anticuerpos leninistas que calaran a los parásitos oportunistas
introducidos por la burguesía, que llevaron a la desnaturalización de
los Partidos Comunistas y al restablecimiento del Capitalismo en
aquellos países liberados de él. La enseñanza es clara: no habrá
emancipación de los explotados sin revolución socialista y ésta es
inviable sin la organización leninista. A la par, el Partido no sucumbe
ante la violencia extrema del imperialismo, ni subsiste por una
fortaleza económica, únicamente se desarrolla y avanza si eleva a sus
cuadros ideológica y políticamente, si estimula en ellos la cualidad
revolucionaria vital en un marxista-leninista, que es la necesidadde
dominar al máximo las tres columnas sobre las que descansa nuestra
ciencia: la filosofía (materialismo histórico y materialismo
dialéctico), la economía política y el comunismo científico.
Un
ejemplo de lo que expresamos se aprecia estudiando el comportamiento de
lo acontecido en los Partidos Comunistas, en concreto, veamos el
ejemplo del Partido Comunista Francés en la década de los 70s y a
elementos como Louis Althusser:
Señala Louis Althusser: “Decidí
entonces intervenir políticamente en Francia. Y decidí hacerlo desde el
interior del Partido Comunista. Además, quise intervenir ahí para
luchar contra la influencia del estalinismo que aún persistía. Pero no
tuve posibilidad de elegir: si hubiese intervenido públicamente en la
política del partido – que se rehusaba a publicar mis textos filosóficos
sobre Marx por considerarlos herejes y peligrosos – me hubiera yo
encontrado marginado y sin ninguna influencia. Por lo tanto, me quedaba
una sola vía de intervención: la teórica, a través de la filosofía (…)
Me interesaba desde que ingresé al partido que se abandonara esta tesis –
el materialismo dialéctico – por impensable”[1]
Desde
la filosofía, Louis Althusser, en su cruzada contra el
marxismo-leninismo y su columna filosófica, el materialismo dialéctico,y
fruto de dicha labor trataba, no sólo de desviar ideológicamente al
Partido de la senda del marxismo-leninismo, sino de inferir directamente
en la política del Partido. Señala Althusser al respecto de esta
estrategia: “Resultó bastante exitosa. Los ataques que me lanzaron
tanto mis adversarios comunistas como los medios marxistas no comunistas
llegaron a ser virulentos pero la mayoría carentes de valor teórico –
no sólo desde el punto de vista del marxismo sino simplemente en elnivel
filosófico. Y lo considero un éxito porque al adoptar la única
estrategia posible en ese momento, la teórica, dio lugar a resultados
directamente políticos como ocurrió a partir de los XXI y XXII
Congresos, a propósito del abandono del concepto de la “dictadura del
proletariado”. Por otra parte, el Partido no podía excluirme porque mis
intervenciones políticas se apoyaban directamente en Marx, de quien yo
ofrecía una interpretación crítica y revolucionaria. Marx me protegía en
el seno del partido por su carácter de padre pensador, intocable y
sagrado” [2].
La intervención teórica en el Partido Comunista Francés de Louis Althusser, según sus propias palabras, fue “me
dediqué a buscar en El Capital la filosofía marxista, con el fin de que
el marxismo fuera otra cosa que esas célebres fórmulas, opacas o
rayando en la obviedad, citadas al infinito sin ningún progreso facundo
y, desde luego, si ninguna autocrítica” [3].
El
modus operandi era claro, deformar y falsear a Marx, y desde el campo
teórico aprovechando la debilidad ideológica de las bases del PCF,
inferir en la ideología y política del partido desnaturalizándolo,
envileciéndolo y desviándolo del marxismo-leninismo hasta ubicarlo en su
antípoda. Direcciones repletas de “intelectuales” burgueses y no de
obreros, los cuales conformaban las bases y en su vida cotidiana estaban
alejados de la teoría, absorbierontodo el veneno oportunista
introducido en los distintos partidos comunistas, comopor ejemplo el
Francés.
Althusser,
pero como él Sève, Ballanger, Marchais y otros miembros del Comité
Central del PCF, oportunistas todos ellos y, por consiguiente, renegados
del marxismo-leninismo y aliados del capitalismo, como la historia ha
certificado, no dudaban en falsear a Marx para aniquilar al partido; un
ejemplo de ello es el concepto de Dictadura del Proletariado. Según
Althusser “el Partido no podía excluirme porque mis intervenciones
políticas se apoyaban directamente en Marx, de quien yo ofrecía una
interpretación crítica y revolucionaria”[4] y por ello uno de sus
objetivos era el abandono por parte del PCF de la dictadura del
proletariado. Carlos Marx, al respecto de la dictadura de proletariado,
por ejemplo, señalaba “Lo que yo he aportado de nuevo ha sido
demostrar: 1º) que la existencia de clase sólo va unida a determinadas
fases históricas de desarrollo de la producción; 2º) que la lucha de
clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3º) que
esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la
abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases…”[5]o “Entre
la sociedad capitalista y la sociedad comunista media un período de
transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este
período corresponde también un período político de transición, cuyo
Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del
proletariado”. Como se puede comprobar Althusser no interpreta a
Marx, lo niega. Althusser ilustra como veía al PCF cuando hacía dichas
interpretaciones señalando “a pesar de que el Partido Comunista
Francés era marcadamente estalinista y actuabacon dureza, pude hacerlo
porque Marx era sagrado para ellos. Procedí un poco – toda proporción
guardada – a la manera de Spinoza quien, para criticar la filosofía
idealista de Descartes y de los filósofos escolásticos “partía de Dios
mismo”. Comenzaba sus demostraciones de la Ética por la sustancia
absoluta, es decir Dios, tendiendo así una trampa a sus adversarios
quienes, desde ese momento, quedaban colocados en una posición de
impotencia, imposibilitados para rechazar intervención filosófica que
invocara la omnipotencia de Dios por reconocerla como un artículo de fe y
como una “evidencia” para todos ellos incluyendo a Descartes”[7].
Estas palabras de Althusser evidencian cuan sucia fue su labor de
traición y zapa en el seno del PCF y su concepto de camaradería
considerando a los camaradas adversarios a los que había que tender
trampas.Lo lamentable es el reflejo de una militancia débil
ideológicamente, siendo ésta la razón por la quepodía enarbolar la
bandera de la mentira al igual que el resto de oportunistas que dirigían
el PCF en dicho periodo histórico.
Todas
estasenseñanzas nos deben hacer reflexionar a los militantes y a los
partidos comunistas de que es deber y obligación de todos nosotros el
combatir a muerte al oportunismo y a la ideología y la política
burguesa. Por un lado, los Partidos deben tratar de nutrirse de la clase
obrera y sus direcciones deben estar compuestas por obreros. Por otro
lado, los militantes debemos estar pertrechados en la ciencia del
marxismo-leninismo, no de una forma mecánica y memorizada, sino
comprendiendo los conceptos y, fundamentalmente, el método dialéctico de
análisis; es la garantía de avance del partido y, consecuentemente, de
la revolución socialista. La burguesía no sólo ataca despiadadamente al
Partido desde el exterior, sino quetratará de minar y de desviarlo desde
el interior, introduciendo Althussers, Carrillos o Sèves de turno.El
virus del SIDA ataca al sistema inmunitario, utilizando la célula del
linfocito T4, a la que ha matado para ocultarse y engañar a dicho
sistema inmunológico hasta que lo liquida y, consecuentemente, al
organismo. Es difícil encontrar la vacuna pues dicho virus muta con suma
facilidad. El oportunismo es el virus burgués que penetra en los
Partidos Comunistas, y emplean a los padres de nuestra ciencia, Marx,
Engels o Lenin, como máscara para liquidarlos. A diferencia del virus
del SIDA, si los militantes comunistas conocen y están pertrechados en
la ciencia del marxismo-leninismo y, consecuentemente, en filosofía,
economía política y en el comunismo científico, entonces por mucho que
muten los oportunistas chocarán una y otra vez contra nuestra formación,
contra Marx, Engels y Lenin. En nuestro caso, somos nosotros mismos la
vacuna contra el veneno oportunista, está en nuestras manos y en nuestro
espíritu revolucionario.Aprendamos de la historia.
F.J. Barjas.
Secretario General del Partido Comunista Obrero Español
[1]: Louis Althusser: Filosofía y Marxismo, ed. Siglo veintiuno 1988 edición mexicana.
[2]: Idem.
[3]: Idem.
[4]: Ídem.
[5]: Marx-Engels: Obras escogidas, tomo II, Moscú 1955. Carta a Weydemeyer (1852)
[6]: Marx-Engels: Obras escogidas, tomo II, Moscú 1955. Crítica al Programa de Gotha.
[7]: Louis Althusser: Filosofía y Marxismo, ed. Siglo veintiuno 1988 edición mexicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario