viernes, 5 de julio de 2013

"San Amancio" no era tan santo


Salta la liebre y se descubre que el tan cacareado, en la prensa de la burguesía, oligarca Amancio Ortega es en realidad un evasor fiscal, olvidando "casualmente" el pagar decenas de millones de euros a Hacienda.

La prensa burguesa siempre loa a sus dueños, y para engañar a los trabajadores siempre nos presenta al burgués como la figura de éxito al que debemos aspirar, un dechado de virtudes, un hombre hecho a sí mismo que se ha “enriquecido por su trabajo” y “que crea riqueza”. Una mentira tras otra. 

En el capitalismo quienes crean la riqueza son los trabajadores. La naturaleza del sistema capitalista es que es un sistema explotador. El sistema capitalista está sustentado en la expropiación por parte de la burguesía de la plusvalía generada por el trabajador.  

Si a una máquina le echásemos todo el oro que hay en la Tierra, ésta no produciría ningún valor, será el trabajo del asalariado el que genera el valor, mucho mas allá de lo que recibe para sustentarse; sin embargo, el burgués se apodera de este valor entero y lo distribuye a su antojo, dándole al creador del valor, al trabajador, una ínfima porción que apenas le llega para vivir. En cambio, el resto del valor producido por éste se reparte en gran escala entre el burgués, que sin mover un dedo se queda con la parte más importante y lo demás se lo disputan los sectores improductivos: la monarquía, el ejército, los órganos represivos, la farándula etc. etc. 

Esta es la esencia del capitalismo: el robo a los obreros del producto de su trabajo. El santo Amancio no crea riqueza, sino que se apropia de la riqueza que crean sus trabajadores. Ni que decir tiene que a menores sueldos y nulas condiciones laborales se obtiene del trabajo ajeno una mayor plusvalía y una mayor robo de riqueza, de ahí que las empresas de “San Amancio” suelan trabajar con mano de obra infantil o semiesclava. Cosas del capitalismo. 

Sin embargo, esta noticia debe servir para darnos cuenta de que en la sociedad en que vivimos no existen los “santos” dentro del capitalismo, sino que cualquier burgués es un explotador desde la base, desde el mismo momento en que se producen las mercancías y el capitalista se apropia, o roba en lenguaje sencillo, el fruto del trabajo del obrero. 

Esta situación sólo podrá ser revertida en la sociedad sin clases , sin “santos”, la sociedad socialista en la que a cada cual le corresponderá recibir el completo fruto de su trabajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario