Suma y sigue al hecho de que los burgueses
son cada día más ricos gracias a la democracia burguesa y las leyes realizadas
por sus partidos e instituciones. Estas dos empresas y sus trabajadores se suman
a las ya terroríficas estadísticas del capitalismo en España:
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Seis millones de parados.
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Una tasa de paro juvenil del 56,6%.
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Recortes en sanidad y educación.
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Reducción de la prestación por desempleo.
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Un millón 800 mil hogares obreros sin ingreso alguno.
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Según la farmacéutica Pfizer, el 40% de los españoles sufre
estress y ansiedad. Según la farmacéutica IMHealth en España ha crecido el
consumo de ansiolíticos en el último un 10% pasando de 30 a 33 millones de
unidades al año. El coste anual a la salud pública por depresión se sitúa en
745 millones de euros.
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En España se suicidan 3.285 trabajadores por año, 9 cada día, y
lo intentan 87.600, o lo que es lo mismo 240 al día.
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Inmolación de trabajadores que les van a desahuciar.
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180.000 desahucios en 2012, a razón de 494 diarios.
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El 30,6% de menores de
edad están expuestos a riesgo de pobreza extrema y de exclusión social en
España.
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Pensionazo que hace que se incremente la edad de jubilación y
disminuyan las pensiones.
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Uno de cada tres ancianos mantiene a sus hijos con sus pensiones.
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Pensiones de miseria: La pensión media del sistema está en 784,64 euros/mes. El 29% de las pensiones están por debajo de los
600 euros/mes, y el 81,86% de las jubilaciones están por debajo de los 1.000
euros/mes.
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Tasa de
pobreza del 21,8% de la población en España.
Como se puede comprobar, la
democracia burguesa lleva a los trabajadores a la muerte. A esto habría que
añadirle las reformas laborales realizadas por los sucesivos gobiernos
socialistas y populares que ha significado una fórmula para abaratar el despido
y potenciarlo. En los 8 primeros meses de la Reforma Laboral subieron los EREs
en torno al 70%, de tal modo que se facilita al empresario una bajada de
salarios real, despidiendo a los trabajadores con un salario digno a precio de
saldo e instaurando el salario mínimo, como consecuencia de la posibilidad del
descuelgue y de la caducidad de la ultraactividad de los convenios colectivos,
que están llevando a los trabajadores a unas condiciones laborales
tercermundistas.
Vivimos en una sociedad de clases, unos son dueños de los medios de
producción(fábricas, tierras, comercios, bancos) y otros tienen que vender su
fuerza de trabajo para poder vivir(obreros, jornaleros, etc.).Es decir, en la
sociedad existen clases y capas sociales que tienen intereses antagónicos. Al
dueño de los medios de producción(empresario, emprendedor, sea individual o un
grupo de accionistas) lo que le interesa es ganar cada vez más dinero y vender
más barato para eliminar a la competencia. Al trabajador lo que le interesa es
ganar más dinero para poder comer él y su familia, poder pagar la casa y otros
gastos derivados de una vida digna.
Como decimos, ambos intereses lógicamente están enfrentados. Los
capitalistas quieren vender más barato para eliminar a la competencia. Para
ello, tienen dos opciones: no dudarán en
llevarse la producción allá donde les salga más barata y donde puedan sacar
mayor rendimiento económico del trabajo de los obreros(plusvalía). Es decir,
deslocalizan la producción, se la llevan a países del llamado Tercer Mundo
donde obtienen mayores ganancias debido a la situación de semi-esclavitud de
nuestros hermanos obreros en esos países, a los que estos capitalistas pagan
salarios aún más bajos que los sueldos que reciben los trabajadores en España.
Esto, tal como lo descubrieron Marx, Engels y Lenin es una ley
científica de desarrollo del capitalismo. Es decir, no es por la maldad del
empresario individual sino que el propio capitalismo para desarrollarse
necesita cerrar fábricas, centros de trabajo y destruir los puestos de trabajo
que no le producen la plusvalía necesaria, trasladando la producción a países
donde obtienen pingües ganancias
explotando la mano de obra nativa.
Es decir, la burguesía exporta capitales que producen los obreros, roba la riqueza que producen los obreros y mediante esta exportación de capitales adquieren empresas, fábricas, centro de trabajo en el extranjero para enriquecerse. Evidentemente, los obreros a los que se les ha robado el producto de su fuerza de trabajo, a pesar de financiar estas aventuras del capital transnacional, no ven un duro en todo este proceso. Todo esto a pesar de que la burguesía cacaree de la implantación internacional del capital español, que según ellos beneficia al país; sin embargo en una sociedad de clases a quién realmente beneficia es a la clase dominante, a la burguesía.
Es decir, la burguesía exporta capitales que producen los obreros, roba la riqueza que producen los obreros y mediante esta exportación de capitales adquieren empresas, fábricas, centro de trabajo en el extranjero para enriquecerse. Evidentemente, los obreros a los que se les ha robado el producto de su fuerza de trabajo, a pesar de financiar estas aventuras del capital transnacional, no ven un duro en todo este proceso. Todo esto a pesar de que la burguesía cacaree de la implantación internacional del capital español, que según ellos beneficia al país; sin embargo en una sociedad de clases a quién realmente beneficia es a la clase dominante, a la burguesía.
El segundo modo que tiene la burguesía de aumentar sus beneficios es
aumentar la jornada laboral, reducir los salarios y reducir el tiempo de trabajo
necesario para producir una mercancía. Es decir, harán trabajar más a
los obreros de las fábricas o los centros de trabajo para obtener mayores
ganancias.
Mientras la clase obrera no sea dueña de los medios de
producción, la burguesía podrá hacer con ellos lo que le plazca, a pesar de que
son los obreros los que producen esas mercancías y esa plusvalía con la que los
burgueses obtienen sus ganancias.
Pero toda esta situación no es sostenible, y ahí viene una de las contradicciones principales del capitalismo. Conforme avanza la técnica, el obrero produce más mercancía en menor tiempo. Asimismo, debido a la anarquía de la producción en el capitalismo, se produce sin ninguna planificación y llega un momento en el que tenemos más mercancías de las que la sociedad puede consumir. Al mismo tiempo, los avances técnicos hacen que cada vez haya mayores cantidades de obreros sobrantes, que pierden su empleo. Esto hace que grandes masas de la sociedad no tengan fuente de ingresos, o que los vean mermados, lo que produce a su vez que no puedan acceder a las mercancías producidas. Esto, que hemos explicado en lenguaje sencillo es la crisis de sobreproducción del capitalismo, o la crisis como vulgarmente se la conoce. Siempre han existido, y existirán mientras haya capitalismo.
Pero toda esta situación no es sostenible, y ahí viene una de las contradicciones principales del capitalismo. Conforme avanza la técnica, el obrero produce más mercancía en menor tiempo. Asimismo, debido a la anarquía de la producción en el capitalismo, se produce sin ninguna planificación y llega un momento en el que tenemos más mercancías de las que la sociedad puede consumir. Al mismo tiempo, los avances técnicos hacen que cada vez haya mayores cantidades de obreros sobrantes, que pierden su empleo. Esto hace que grandes masas de la sociedad no tengan fuente de ingresos, o que los vean mermados, lo que produce a su vez que no puedan acceder a las mercancías producidas. Esto, que hemos explicado en lenguaje sencillo es la crisis de sobreproducción del capitalismo, o la crisis como vulgarmente se la conoce. Siempre han existido, y existirán mientras haya capitalismo.
Esta crisis es una crisis sistémica del capitalismo en
España, una crisis con diferentes crestas que surge en los años noventa por el
derrumbe de los modelos productivos japoneses y estadounidenses; para lo cual
la burguesía ideó el adelanto del crédito, de un dinero que no existía y que no
había sido producido, con el fin de remontar la situación. Vimos como los
créditos se concedían a cualquiera que los pidiese, y como la burguesía animaba
y adoctrinaba en el consumo masivo e irreflexivo. No vivimos por encima de
nuestras posibilidades, ellos nos hicieron vivir así pues sino el capitalismo
hubiera quebrado mucho antes.
Como resultado de la venida de la crisis actual, las
entidades más afectadas fueron aquellas que concedían los créditos a
cascoporro, es decir, los bancos. Estos quebraron y la burguesía debió
rescatarlos con dinero público, es decir, con el dinero de los obreros
rescataron a las empresas privadas por excelencia, los bancos. Por tanto la
siguiente “salida” a la crisis capitalista que intenta la burguesía ya no puede
ser el adelanto del crédito, del dinero fantasma, sino que debe buscar sus
propias alternativas para remontar la crisis.
A esto se añada que, por el desarrollo desigual del
capitalismo, empiezan a aparecer países emergentes( nuevos imperios), los
llamados países BRIC(Brasil, Rusia, India, China). Como decimos, la teoría
leninista del desarrollo desigual nos enseña que los países capitalistas
avanzan a saltos, y que quien antes estaba arriba puede caer y quién estaba
abajo puede desarrollarse y ocupar el lugar de aquel que cayó. Por tanto,
mientras la Unión Europea y el capitalismo occidental se desmorona, estos BRIC
empiezan a ocupar su lugar como lo demuestra que China sea uno de los mayores
compradores de deuda al Estado Español así como el hecho de su progresiva y
masiva implantación en Sudamérica y África, anteriormente cotos privados del
capital europeo.
Por tanto para el capital europeo, y por tanto para el
español que es en el que vamos a centrarnos, se plantea un dilema: ¿Cómo
remontar la crisis?, ¿Cómo restaurar la tasa de ganancia que permite la
acumulación capitalista?, ¿Cómo recomponer el ciclo de reproducción ampliada
del capital? La burguesía históricamente tiene una respuesta a esta pregunta: buscando
una mercancía cuyo valor produzca el excedente
necesario al capitalista. Esta mercancía la denominamos capital variable
y es la fuerza de trabajo. La clave de todo esto es la plusvalía, el valor no
remunerado que el obrero crea al capitalista.
Esto, que en lenguaje marxista puede parecer un galimatías a
primera vista, es más sencillo de lo que parece. Significa que el empresario
necesita robar más a los trabajadores, porque de este robo(plusvalía) obtiene
las ganancias que le permiten recomponer su tasa de ganancia, y con la
recomposición de la tasa de ganancia el burgués español puede volver a la arena
internacional con renovadas fuerzas para combatir a otros capitalistas
extranjeros. Es decir, el robo al obrero en mayor escala, y en esta crisis se
está viendo una escala inaudita, es la estrategia del
burgués(empresario-emprendedor) para no perecer ante las acometidas de otros
capitalistas.
De ahí que sean necesarias para el capitalismo español
medidas como la reforma laboral, la reducción de los salarios, el aumento de la
jornada de trabajo, la privatización de la economía pública, las ayudas a las
empresas por parte del estado de los capitalistas, el aumento de la inflación,
etc. Son medidas destinadas a intentar sacar de la UVI a ese capitalismo
español en fase decadente, moribundo.
Y son los obreros los que están pagando las consecuencias no
de la avaricia de los banqueros y la maldad de los políticos, sino de un modo
de producción(el capitalismo) que necesita estas medidas para mantener su propia
existencia. Es decir, el problema principal es que este modo de producción
capitalista ya no tiene nada que aportar a la sociedad como no sea miseria,
paro, corrupción, violencia, y en último instante: la guerra. Porque todos
estos países emergentes y los que intentan no caer tiene intereses
contrapuestos y chocan. Esta lucha por el reparto de los mercados, para obtener
mayores ganancias, es lo que conduce al coque entre los imperios que ya no
pueden resolver sus contradicciones en el terreno de la política formal. Para
ello deben recurrir a la guerra, la continuación de la política por otros
medios.
Tenemos la experiencia de dos guerras mundiales entre
imperios para el reparto de los mercados. En España, país imperialista
insertado en la Unión Europea que es el bloque imperialista de todos los
Estados capitalista europeos, la burguesía ha emprendido una feroz rapiña
contra la clase obrera, para arrebatarle todo. Tiene como finalidad “salvar” al
capitalismo español que pierde posiciones dentro de la UE y dentro de la propia
cadena imperialista mundial. De ahí que los burgueses españoles necesiten robar
a los obreros cada vez más.
¿Y la respuesta a esto? Tenemos que comprender que nos enfrentamos a todo un sistema, el capitalismo, que como hemos visto es el causante de todos los males de la clase obrera debido al lugar que esta ocupa dentro de las relaciones de producción. Debemos comprender que no nos enfrentamos a una lucha por un convenio, ni por mejores salarios solamente sino que nos enfrentamos a una lucha política contra la clase antagónica, la burguesía, y contra el instrumento que usa dicha burguesía para dominarnos, que es el Estado.
¿Y la respuesta a esto? Tenemos que comprender que nos enfrentamos a todo un sistema, el capitalismo, que como hemos visto es el causante de todos los males de la clase obrera debido al lugar que esta ocupa dentro de las relaciones de producción. Debemos comprender que no nos enfrentamos a una lucha por un convenio, ni por mejores salarios solamente sino que nos enfrentamos a una lucha política contra la clase antagónica, la burguesía, y contra el instrumento que usa dicha burguesía para dominarnos, que es el Estado.
Hay que decir que el desarrollo del movimiento obrero no debe circunscribirse a la lucha por las reivindicaciones económicas únicamente. El objetivo que tiene que tener claro el movimiento obrero no son estas reivindicaciones en sí, sino que son un medio para alcanzar dicho objetivo y que siempre deben ir ligadas a las luchas políticas e ideológicas.
La respuesta hasta ahora ha sido la mera lucha sindical.
¿Pero eso es suficiente?. No, como hemos explicado, el problema es del
sistema y no un conflicto económico
puntual. Por tanto toda lucha que no englobe todos los aspectos de la lucha
contra el capitalismo: en lo económico, en lo ideológico o en lo político está
condenada al fracaso. Incluso una victoria parcial en una lucha económica puede
ser revertida fácilmente por la burguesía: ellos elaboran las leyes del marco
laboral y lo que ganemos por un lado, pueden hacérnoslo perder fácilmente por
el otro.
La lucha nos enseña que la victoria completa sólo puede ser
alcanzada cuando toda la clase obrera se lance contra su enemigo; como una
fuerza unida, poderosa y organizada. Y es esta misma lucha la que muestra a los
obreros que además de tener a su enemigo directo en los centros de producción
-el capitalista- tienen otro si todavía más nocivo: la fuerza organizada de
toda la clase burguesa -es decir, el Estado capitalista- con su ejército, sus
tribunales, su policía, sus cárceles, etc. Hasta en la más democrática de las repúblicas
burguesas el menor intento de los obreros de mejorar su situación choca con el
poder burgués, incluso allí dónde como decimos existen unos teóricos y formales
derechos que no pasan de eso: de ser formales y no reales para la clase obrera
y sí para la clase de los explotadores, se entiende.
El PCOE llama a organizarse en las ACDT(Asambleas de
Comités, Delegados y Trabajadores) como los órganos de poder obrero emanados de
las fábricas y de los centros de trabajo y que en simbiosis con los órganos de decisión
de los barrios obreros(Asociaciones de Vecinos), con las asambleas de
estudiantes, de jornaleros, etc. conforme el Frente Único del Pueblo(FUP). Es
decir, el estado obrero que mediante la dualidad de poderes confronte con el
actual estado burgués(parlamento, ayuntamientos) hasta que mediante la
Revolución Socialista( que no será pacífica) se ponga fin a la existencia del
Estado burgués, sus instituciones, sus leyes, su policía, su ejército. Es
decir: la eliminación de toda la superestructura de la sociedad burguesa.
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