domingo, 12 de mayo de 2013

Sobre las agresiones fascistas en Sevilla


El pasado día 9 de Mayo elementos facciosos y reaccionarios infiltrados en la manifestación contra la reforma educativa realizaron una nueva demostración fascista, agrediendo a varios de los congregados en dicha manifestación.

El fascismo resurge al calor de las crisis económicas, sin embargo, lo primero que hay que tener en cuenta es qué es el fascismo, de dónde surge, y quienes son los cómplices por acción u omisión de este resurgimiento.

En primer lugar hay que tener claro que el fascismo no se reduce a las bandas de matones, neonazis y demás lumpen que actúan como elementos paramilitares ejecutando su violencia contra todo aquel que les disguste.  Por tanto lo primero es comprender el carácter histórico del fascismo y su contenido de clase.
Debemos comprender que nos encontramos en un Estado en la fase imperialista de su desarrollo, y como sabemos todo Estado es una dictadura de una clase sobre otra. Este carácter de clase del Estado es muy importante subrayarlo, pues el Estado siempre va a servir de salvaguarda para aquellos que defienden su proyecto de dominación de clase.

La dictadura de clase, en este caso de la burguesía se manifiesta, fundamentalmente, de dos maneras posibles: bajo la fórmula democrático-burguesa o bajo una dictadura criminal fascista. Fascismo y democracia burguesa son dos caras de una misma moneda: la dictadura de la burguesía, o lo que es lo mismo, el dominio político de la clase burguesa, de los capitalistas, de los empresarios, sistema de represión política contra la mayoría del Pueblo, la clase obrera, en la sociedad capitalista.

La historia nos demuestra que la democracia burguesa tiene un límite, máxime en períodos de crisis donde el sufrimiento de las masas trabajadoras  provoca la respuesta espontánea de estas. Entonces es cuando las antiguas formas “democráticas” estorban al propio desarrollo del capitalismo, y el arma de dominación de clase con que este se dota(el estado) tiende a la reacción y al fascismo para mantener esos privilegios de clase. Los desahucios, los eres, las deslocalizaciones, el paro masivo, el hambre y la miseria que vivimos producen respuestas espontáneas por parte de las clases oprimidas, y por tanto las antigüas fórmulas de dominación clasista no sirvan. Es necesario, para los capitalistas que el estado reprima más, que las leyes y derechos se salten a la torera y se pisoteen pues en toda dictadura de una clase sobre otra los derechos de los explotados(los trabajadores) son solamente formales y no reales.

La segunda característica de este período es la depauperización y proletarización de gran parte de la pequeña burguesía y de las llamadas clases medias. Esto, que podría suponer una amenaza para los capitalistas es encauzado por estos mediante el estímulo de las organizaciones fascistas. Es decir, los capitalistas ponen todos sus recursos en la lucha ideológica con el fin de inculcar a la sociedad una serie de mantras ideológicos tales como el patriotismo, el nacionalismo, el odio al extranjero, el odio al que cuestiona el capitalismo, el odio al obrero y al explotado, etc. Es decir, utilizan esta lucha ideológica que les sirve como pantalla para tapar los males del sistema capitalista, y que las masas identifiquen su sufrimiento no con la crisis estructural del capitalismo sino con los revoltosos, con los sindicalistas, con los negros, con los mendigos, etc. El objetivo que persigue esta lucha ideológica de la burguesía es crear el semillero para un movimiento de masas de tipo fascista.

Esa es otra de las características de las épocas de crisis del capitalismo, la creación, financiación y apoyo del gran capital a las organizaciones de masas del fascismo, organizaciones socialmente compuestas en su mayoría por pequeño-burgueses, clases medias depauperizadas y lúmpenes, los cuales a pesar de creer  luchar por una “revolución para tomar el poder” en realidad lo que hacen es servir como organizaciones paramilitares al servicio de la gran burguesía, con el objetivo de realizar acciones de terror contra la clase obrera. Observemos la historia del fascismo, y veremos como detrás de la fraseología pseudo revolucionaria de los fascistas alemanes, españoles o italianos siempre se encontraba la sombra, el dinero y la dirección de los Krupp, de los March o de los Agnelli, es decir, de la oligarquía del capital financiero, porque por mucha conciliación de clases en pos de los intereses de “la nación” con que nos quieran engañar los fascistas, siempre se esconde el control de los medios de producción por parte de la oligarquía. Nada cambia, solo la forma de dominación de esa oligarquía, que es quién realmente controla el poder en el estado capitalista burgués o en los estados corporativos del fascismo. 

Volviendo a nuestros días, en nuestra ciudad los siervos políticos del capital – políticos que pasan a ser directivos de los monopolios, empresas y viceversa - se desgañitan hablando de que somos un estado social y democrático de derecho, que la lucha de clases no existe, y que el auge del fascismo es cosa de grupos “antisistema” o “radicales”. Pero observemos la realidad.

El Partido Popular es el partido heredero del Franquismo, cuyo miembro fundador se sentaba en el Consejo de Ministros que lideraba el Caudillo, formando parte de gobiernos que ejecutaba y asesinaba a obreros y a antifascistas. Ello pone sobre el tapete la raíz fascista de aquéllos que hoy dirigen la municipalidad de Sevilla. Pero si reaccionarios son éstos, no menos reaccionarios e igual de capitalistas son aquéllos que se reivindican de la ‘izquierda’ del sistema y que hacen pactos mal llamados ‘de progreso’. No debemos olvidar que el PSOE fue el partido de los GAL, del terrorismo de estado.

IU, que igual pone en el gobierno al PP – Extremadura, por ejemplo – que al PSOE, tiene hecho un pacto de gobierno con el PSOE en la región andaluza en el que se suscribe el “Incremento de la presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para hacer frente a los robos que se producen en las explotaciones agrícolas, ganaderas y de acuicultura”, no dudando para ello en fichar a la mano derecha de Rodolfo Ares, antiguo jefe de las fuerzas represivas del gobierno vasco, como jefe de las fuerzas represivas de la Junta de Andalucía. Y si esto es lo que hace ‘la izquierda’, para nada se queda atrás el pensamiento de los sindicatos a sueldo del estado; así el sindicato CCOO defiende el uso de las pelotas de gomas y de las escopetas correspondientes para reprimir al pueblo (puede leerse la nota completa en(https://www.dropbox.com/s/5beacqvqvxh7802/110401_PILOTES_GOMA_INFOR... ).

Todo en este sistema, desde la ‘izquierda’ a sueldo del Capital a la derecha, todos ellos igual de reaccionarios y de antiobreros, está corrompido y es nocivo para la clase obrera, percibiéndose ello no sólo en las acciones del estado sino en las cada vez leyes más represivas y contraria a la mayoría trabajadora que realizan los políticos a sueldo de los monopolios.

Por tanto, como hemos explicado, el fascismo se esfuerza por construir sus propias organizaciones de masas de carácter pequeño burgués para combatir a fondo contra el proletariado.

Por ahora estas organizaciones sn nímias en lo numérico, a pesar de nutrirse cada vez más de jóvenes de las rancias familias sevillanas o de lúmpenes vinculados a los movimientos ultras del fútbol, si que están encontrando eco en los medios de comunicación de la burguesía o en las propias instituciones municipales. No es casual ver en las ediciones sevillanas de reaccionarios diarios a portavoces de estos grupos expresando sus opiniones, o el nombramiento como dirigente de una empresa municipal de un activo elemento reaccionario. Como vemos, el capital recompensa a quién le sirve. 

Por tanto es un error desligar la lucha contra el fascismo de la lucha de clases, es decir, de la lucha contra toda la clase de los capitalistas y su instrumento de opresión que es el Estado. La “solución” no pasa por la creación del enésimo “frente de masas”, pues un vistazo rápido a su composición nos muestra que las masas son totalmente ajenas a dichos frentes, que únicamente agrupan a individuos organizados en diversas siglas totalmente alejadas de esas masas, y de esa clase, que dicen representar. Por tanto como vemos, el elemento fundamental en la lucha contra el fascismo(que es lucha de clases) se encuentra ausente. Corresponde por tanto organizar a los trabajadores, unirlos en la batalla económica, ideológica y política contra el capitalismo porque de lo contrario, de reproducir estrategias caducas contrarias a la lucha de clases(que además sirven como lavado de cara a diversos traidores) llevará a nuevas desilusiones y frustraciones, si se sigue partiendo del subjetivismo.

Es de vital importancia no dar tregua en la lucha contra esta hedionda horda fascista, la cual aumentará en relación directa con el auge de la cohesión y fortaleza del movimiento obrero, así como la toma de conciencia de la clase obrera sobre qué es el fascismo, por quién es promovido y cuáles son sus objetivos.

Buena parte de la clase trabajadora aún observa, confundida, acontecimientos de la naturaleza de los del día 9 como una simple confrontación entre los llamados “extremos que se tocan”. Esa es la visión que la burguesía intenta introducir. Por tanto, al no tomar en cuenta la lucha de clases ni el carácter de clase del fascismo, los “frentes de masas” que se crean burocráticamente en torno a una mesa de reuniones de militantes no solamente no conectan con las masas, sino que sufren el rechazo de estas debido a la nula compresión por parte de dichos militantes(aún presuponiendo su buena fe) de las leyes científicas del desarrollo de la sociedad y de la lucha de clases. No intentan ni organizar a los trabajadores, ni dirigirse a una clase obrera totalmente copada de ideología burguesa, la cual se posiciona muchas veces en su contra. Este deslinde de la lucha antifascista, de la lucha de clases, lo que conlleva es un fortalecimiento de las posiciones de la burguesía y la “quema” de militantes, muchos honestos, al ver que la propuesta no conecta con el sujeto revolucionario.

Nosotros  debemos explicar claramente el porqué de estos hechos, evidenciando que el fascismo no supone una amenaza para el capitalismo, sino todo lo contrario. Como dijimos anteriormente, en épocas en las que el movimiento obrero amenaza con fortalecerse y tomar conciencia – como, por ejemplo, en épocas de crisis -, la burguesía alimenta al fascismo para poder echar mano de él si la clase obrera llegara a tener opciones reales de cumplir su tarea histórica, esto es, la conquista del poder político y la edificación del Socialismo. 

El PCOE de Sevilla considera que no se puede desligar la lucha contra el fascismo, que no es más que otra etapa en la lucha de clases, de la tarea de educar revolucionariamente al proletariado, porque sólo la organización del proletariado, la conciencia de clase del proletariado, la comprensión por parte de este de la necesidad de la conquista del poder político para poner fin a su situación de explotación nos permitirá plantar cara al fascismo, con las mayores posibilidades de victoria. Porque de otra manera la clase obrera nunca va a ver como suya, ni la relacionará con el capitalismo ni con su situación de opresión de clase.  

Así pues, desde el PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL en Sevillay la FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE ESPAÑA de Sevilla, somos conscientes de cuál es nuestra lucha: el derrocamiento del capitalismo y la edificación de la sociedad Socialista, única vía para derrotar al fascismo y al modo de producción que lo genera, el sistema capitalista. De igual manera  nos solidarizamos, como siempre hemos hecho, con los agredidos por las jaurías pardas. Todo ello aún a pesar de no haber recibido ninguna muestra de solidaridad, ni siquiera difusión, cuando unos militantes muy jóvenes de nuestra organización juvenil fueron atacados por estos mismos elementos del fascio. 

¡UNIR, ORGANIZAR Y CONCIENCIAR A LA CLASE OBRERA EN LA LUCHA

 

CONTRA EL CAPITALISMO ES LA LUCHA ANTIFASCISTA!

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