Islandia: radiografía de una revolución «ciudadana»
En
la bancarrota actual del capitalismo y en su fase más avanzada y
corrompida proliferan supuestas alternativas que son mimadas por los
medios burgueses siempre que no toquen la propiedad privada de los
medios de producción, piedra sacro-santa del régimen capitalista.
De entrada debemos sospechar cuando los
propios medios del régimen usan el término “revolución”. Lo normal
cuando hay un proceso de transformación radical de la sociedad es que si
va contra los intereses de los capitalistas lo califiquen de
“dictadura”.
Y el término “ciudadano” deja claro que
la supuesta revolución no es propia de la clase trabajadora, sino un
movimiento que mezcla intereses de las clases explotadoras y explotadas.
Por tanto es imposible esperar que de
estos tipos de movimientos “ciudadanos” pueda ser una alternativa real
al régimen económico y político actual.
Por otra parte es ingenuo pensar que un
país que vive esencialmente de la pesca, el aluminio, o el turismo puede
ser “autónomo” en pleno siglo XXI cuando es además un país de avanzado
desarrollo tecnológico que necesita importar materias primas y
maquinaria. Las tierras cultivables representan menos del 1% de la isla.
Pero vamos a los acontecimientos.
En
enero de 2009 miles de islandeses se manifiestan con cacerolas frente
al parlamento ante la situación crítica como fruto del estallido de una
burbuja financiera: explosión del paro, de los desahucios...
El país se mantenía artificialmente a base de créditos (como el resto del planeta, por cierto).
Según las leyendas urbanas que
circulan por internet la “revolución ciudadana” consiguió encarcelar a
los políticos y banqueros culpables de la
situación. Falso, porque de las causas que se abrieron sólo dos
banqueros han sido condenados. En abril de 2012 el anterior primer
ministro Geir H. Haarde fue exculpado de los cuatro cargos que se le imputaban.
Forman lo que se llama una asamblea
constituyente. Lo moderno y “novedoso” es que reciben propuestas a
través de Facebook, Twitter o Youtube. 317.000 contribuciones se
recogen. Que nos expliquen cómo 25 personas por muy intelectuales que
sean pueden leer y tener en cuenta todas esas contribuciones.
En el proyecto de constitución que elaboran se propone que los recursos naturales que no son propiedad privada sean declaradas propiedad de la nación. He ahí el límite de estas revoluciones “ciudadanas”: la propiedad privada.
El diario francés de carácter conservador Le Figaro calificaba el proyecto como de “constitución por y para los ciudadanos”1 . ¿Pero no decían que los medios de comunicación silenciaban esta “revolución”?
El proyecto de constitución además
debe ser aprobada dos veces por el Parlamento, y entre esas dos veces
deben celebrarse elecciones legislativas. Así que no sólo no se
encarcela a los políticos sino que se les da la posibilidad dos veces de
rechazar la nueva constitución y se mantiene el mismo tipo de
democracia donde los partidos del capital controlan las elecciones.
Mientras esto acontecía recibíamos
decenas de correos electrónicos y encontrábamos en blogs idealistas y
pseudoreligiosos como “En positivo” o “Despertares” frases
grandilocuentes del tipo “Islandia
consiguió acabar con un gobierno corrupto y parásito. Encerró a los
responsables de la crisis financiera en la cárcel. Empezó a redactar una
nueva Constitución
hecha por ellos y para ellos. Y hoy, gracias a la movilización, será el
país más próspero de un occidente sometido a una tenaz crisis de la
deuda. Es la ciudadanía islandesa, cuya revuelta en 2008 fue silenciada en Europa por temor a que muchos tomaran nota. »2 .
El 1 de julio de 2012 el
presidente de Islandia Olafur Ragnar Grimsson, una figura más bien
decorativa, es reelegido por sexta vez. Había decidido no volver a
presentarse pero una petición firmada por 30 mil islandeses (un 10% de
la población) le hizo cambiar de idea.
El
señor Olafur Ragnar había animado el desarrollo del sector financiero
antes del estallido de la crisis. Ahora lo justifica diciendo que “durante
la última década del siglo XX y los primeros años del siglo XXI las
empresas farmacéuticas o de ingeniería, tecnológicas, bancarias, se
desarrollaron y dieron a los jóvenes islandeses educados, por primera
vez en nuestra historia, la posibilidad de trabajar sobre una escala
global sin tener que dejar el país. Los bancos han formado parte de esta
evolución. Se portaban bien.”
Y el mismo presidente islandés que ha
recibido el visto bueno por sexta vez de los islandeses valora de la
siguiente manera las instituciones vigentes antes y durante la crisis:
“La Constitución actual ha jugado su papel en la crisis: el de mantener las elecciones, organizar los referendums,...”
“Islandia
es una de las democracias más estables y seguras del mundo […] Y sin
embargo tras la quiebra financiera la policía tuvo que defender el
Parlamento día y noche, la Banca central, las oficinas del Primer
ministro...[...] Pero tuvimos la suerte de poder responder a todas las demandas de los manifestantes”
Es decir, con las mismas instituciones han evitado males mayores (por ejemplo una revolución de verdad).
El 21 de octubre de 2012 un 48,9%
de los islandeses acuden a votar la nueva constitución “ciudadana”, y
de esos un 66,3% la aprobaron. Lo cual nos da un porcentaje final de un 32,42% de islandeses que apoyan el proyecto “ciudadano” de constitución.
Mientras tanto, el gobierno
socialdemócrata seguía sus reuniones con el FMI que le dictaba los pasos
a seguir y que prestó al país 1,6 mil millones de euros entre 2008 y
2011. Prueba de esta colaboración es el informe No. 12/309 de noviembre de 2012 realizado tras la visita en septiembre del mismo año de los representantes del FMI a Islandia1 . En este informe se afirma lo siguiente:
“Se
ha hecho un considerable progreso en alcanzar las condiciones
macro-económicas necesarias para levantar los controles al capital,
incluyendo poner las finanzas del gobierno en una trayectoria
sostenible, limpiando los balances del sector financiero y recuperando
el acceso a los mercados internacionales de capital”
“La estrategia de liberalización de capital esta siendo implementada ampliamente como se planeó”
“Las autoridades coinciden en que sería demasiado arriesgado eliminar los controles en 2013”
Y llegamos a las elecciones legislativas
del 29 de abril de 2013 donde la coalición que gobernaba el país antes
de la crisis, el Partido de la Independencia (derecha) y el Partido del
Progreso (de centro y agrario) vuelve a ganar dejando a un lado a los
socialdemócratas que cumplieron su misión de lavarle la cara un poco al
sistema mientras se seguían las directrices indicadas por el capital
islandés.
Entre ellas las de rechazar la deuda con
los bancos extranjeros (principalmente Gran Bretaña y Holanda) pero no
la de los bancos islandeses. Dos de ellos han ya vuelto a privatizarse
tras haberlos saneado. SPRON por ejemplo se fusionó con el Banco Arion
que a su vez fue regalado a los acreedores extranjeros de Kaupthing.
A través de un complicado sistema de
participaciones los bancos han sido retomados por los acreedores
extranjeros que han paralizado las investigaciones contra esas
entidades.
Sin embargo las leyes islandesas sobre
la quiebra impiden además a la gente escapar a su crédito hipotecario;
ni siquiera muriendo porque la deuda se transmite a los hijos.
Se afirma también Islandia está saliendo
de la crisis, lo cual demostraría el supuesto éxito de la “revolución”
islandesa. Lo que han hecho es simplemente volver un paso atrás al
cancelar deudas mayores con acreedores extranjeros pero las causas que
obligan a la clase trabajadora a endeudarse para adquirir los bienes
básicos continúan y volverá a destaparse la crisis sistemática en cuanto
esas deudas se hagan insostenibles de nuevo.
Por
otro lado las exportaciones se mantienen porque al tener moneda propia
(corona) pueden jugar con el valor de ésta. Si la devalúan consiguen que
sus productos sean más baratos y competitivos que los otros países pero
al mismo tiempo provocan una inflación y subida de precios que estancan
el consumo en el mismo país.
Para finalizar dejemos que sea el
propio Thorvaldur Gylfason, uno de los redactores del proyecto de
constitución, quien haga balance: “hay
pocas esperanzas en que el nuevo Parlamento respete la voluntad del
pueblo si el Parlamento saliente ha fracasado a hacerlo a pesar de sus
promesas”.2
Una y otra vez se demuestra que buscar
la solución dentro del sistema capitalista en la fase actual es intentar
cuadrar el círculo. Una vez más el PCOE no entiende que haya más fases
intermedias: sólo cabe ya el Socialismo.
Y para alcanzarlo hay primero que
organizar al pueblo trabajador principalmente en centros de trabajo,
fincas, centros de estudio, y barrios para desarrollar el Frente Único
del Pueblo con el que levantar nuestro propio Estado y Parlamento
obreros y tomar así el poder político y económico.
Comisión de Relaciones Internacionales del PCOE
1 https://www.imf.org/external/pubs/cat/longres.aspx?sk=40109.0
2 http://www.vivreenislande.fr/2013/03/putsch-la-constitution-islandaise-redigee-par-le-peuple-a-ete-assassinee-par-le-parlement.html
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