lunes, 6 de mayo de 2013

Sobre Islandia

Islandia: radiografía de una revolución «ciudadana»

 
En la bancarrota actual del capitalismo y en su fase más avanzada y corrompida proliferan supuestas alternativas que son mimadas por los medios burgueses siempre que no toquen la propiedad privada de los medios de producción, piedra sacro-santa del régimen capitalista.
 De entrada debemos sospechar cuando los propios medios del régimen usan el término “revolución”. Lo normal cuando hay un proceso de transformación radical de la sociedad es que si va contra los intereses de los capitalistas lo califiquen de “dictadura”.
Y el término “ciudadano” deja claro que la supuesta revolución no es propia de la clase trabajadora, sino un movimiento que mezcla intereses de las clases explotadoras y explotadas.
Por tanto es imposible esperar que de estos tipos de movimientos “ciudadanos” pueda ser una alternativa real al régimen económico y político actual.
Por otra parte es ingenuo pensar que un país que vive esencialmente de la pesca, el aluminio, o el turismo puede ser “autónomo” en pleno siglo XXI cuando es además un país de avanzado desarrollo tecnológico que necesita importar materias primas y maquinaria. Las tierras cultivables representan menos del 1% de la isla.
Pero vamos a los acontecimientos.
 2En enero de 2009 miles de islandeses se manifiestan con cacerolas frente al parlamento ante la situación crítica como fruto del estallido de una burbuja financiera: explosión del paro, de los desahucios...
El país se mantenía artificialmente a base de créditos (como el resto del planeta, por cierto).
Según las leyendas urbanas que circulan por internet la “revolución ciudadana” consiguió encarcelar a los políticos y banqueros culpables de la situación. Falso, porque de las causas que se abrieron sólo dos banqueros han sido condenados. En abril de 2012 el anterior primer ministro Geir H. Haarde fue exculpado de los cuatro cargos que se le imputaban.
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El 27 de noviembre se eligen 25 candidatos de entre los 523 que se presentaron para elaborar un proyecto de constitución. Sólo un 36% de la población acude a este sufragio. Entre los 25 “ciudadanos” encontramos a pocos trabajadores, jornaleros o pescadores. Se trata de intelectuales, empresarios, periodistas, abogados y hasta un cura.
Forman lo que se llama una asamblea constituyente. Lo moderno y “novedoso” es que reciben propuestas a través de Facebook, Twitter o Youtube. 317.000 contribuciones se recogen. Que nos expliquen cómo 25 personas por muy intelectuales que sean pueden leer y tener en cuenta todas esas contribuciones.
En el proyecto de constitución que elaboran se propone que los recursos naturales que no son propiedad privada sean declaradas propiedad de la nación. He ahí el límite de estas revoluciones “ciudadanas”: la propiedad privada.
4El diario francés de carácter conservador Le Figaro calificaba el proyecto como de constitución por y para los ciudadanos1 . ¿Pero no decían que los medios de comunicación silenciaban esta “revolución”?
El proyecto de constitución además debe ser aprobada dos veces por el Parlamento, y entre esas dos veces deben celebrarse elecciones legislativas. Así que no sólo no se encarcela a los políticos sino que se les da la posibilidad dos veces de rechazar la nueva constitución y se mantiene el mismo tipo de democracia donde los partidos del capital controlan las elecciones.
Mientras esto acontecía recibíamos decenas de correos electrónicos y encontrábamos en blogs idealistas y pseudoreligiosos como “En positivo” o “Despertares” frases grandilocuentes del tipo Islandia consiguió acabar con un gobierno corrupto y parásito. Encerró a los responsables de la crisis financiera en la cárcel. Empezó a redactar una nueva Constitución hecha por ellos y para ellos. Y hoy, gracias a la movilización, será el país más próspero de un occidente sometido a una tenaz crisis de la deuda. Es la ciudadanía islandesa, cuya revuelta en 2008 fue silenciada en Europa por temor a que muchos tomaran nota. »2 .5
El 1 de julio de 2012 el presidente de Islandia Olafur Ragnar Grimsson, una figura más bien decorativa, es reelegido por sexta vez. Había decidido no volver a presentarse pero una petición firmada por 30 mil islandeses (un 10% de la población) le hizo cambiar de idea.
El señor Olafur Ragnar había animado el desarrollo del sector financiero antes del estallido de la crisis. Ahora lo justifica diciendo que durante la última década del siglo XX y los primeros años del siglo XXI las empresas farmacéuticas o de ingeniería, tecnológicas, bancarias, se desarrollaron y dieron a los jóvenes islandeses educados, por primera vez en nuestra historia, la posibilidad de trabajar sobre una escala global sin tener que dejar el país. Los bancos han formado parte de esta evolución. Se portaban bien.
Y el mismo presidente islandés que ha recibido el visto bueno por sexta vez de los islandeses valora de la siguiente manera las instituciones vigentes antes y durante la crisis:
La Constitución actual ha jugado su papel en la crisis: el de mantener las elecciones, organizar los referendums,...
Islandia es una de las democracias más estables y seguras del mundo […] Y sin embargo tras la quiebra financiera la policía tuvo que defender el Parlamento día y noche, la Banca central, las oficinas del Primer ministro...[...] Pero tuvimos la suerte de poder responder a todas las demandas de los manifestantes
Es decir, con las mismas instituciones han evitado males mayores (por ejemplo una revolución de verdad).
El 21 de octubre de 2012 un 48,9% de los islandeses acuden a votar la nueva constitución “ciudadana”, y de esos un 66,3% la aprobaron. Lo cual nos da un porcentaje final de un 32,42% de islandeses que apoyan el proyecto “ciudadano” de constitución.
Mientras tanto, el gobierno socialdemócrata seguía sus reuniones con el FMI que le dictaba los pasos a seguir y que prestó al país 1,6 mil millones de euros entre 2008 y 2011. Prueba de esta colaboración es el informe No. 12/309 de noviembre de 2012 realizado tras la visita en septiembre del mismo año de los representantes del FMI a Islandia1 . En este informe se afirma lo siguiente:
Se ha hecho un considerable progreso en alcanzar las condiciones macro-económicas necesarias para levantar los controles al capital, incluyendo poner las finanzas del gobierno en una trayectoria sostenible, limpiando los balances del sector financiero y recuperando el acceso a los mercados internacionales de capital
La estrategia de liberalización de capital esta siendo implementada ampliamente como se planeó”
“Las autoridades coinciden en que sería demasiado arriesgado eliminar los controles en 2013
Y llegamos a las elecciones legislativas del 29 de abril de 2013 donde la coalición que gobernaba el país antes de la crisis, el Partido de la Independencia (derecha) y el Partido del Progreso (de centro y agrario) vuelve a ganar dejando a un lado a los socialdemócratas que cumplieron su misión de lavarle la cara un poco al sistema mientras se seguían las directrices indicadas por el capital islandés.
Entre ellas las de rechazar la deuda con los bancos extranjeros (principalmente Gran Bretaña y Holanda) pero no la de los bancos islandeses. Dos de ellos han ya vuelto a privatizarse tras haberlos saneado. SPRON por ejemplo se fusionó con el Banco Arion que a su vez fue regalado a los acreedores extranjeros de Kaupthing.
A través de un complicado sistema de participaciones los bancos han sido retomados por los acreedores extranjeros que han paralizado las investigaciones contra esas entidades.
Sin embargo las leyes islandesas sobre la quiebra impiden además a la gente escapar a su crédito hipotecario; ni siquiera muriendo porque la deuda se transmite a los hijos.
Se afirma también Islandia está saliendo de la crisis, lo cual demostraría el supuesto éxito de la “revolución” islandesa. Lo que han hecho es simplemente volver un paso atrás al cancelar deudas mayores con acreedores extranjeros pero las causas que obligan a la clase trabajadora a endeudarse para adquirir los bienes básicos continúan y volverá a destaparse la crisis sistemática en cuanto esas deudas se hagan insostenibles de nuevo.
6Por otro lado las exportaciones se mantienen porque al tener moneda propia (corona) pueden jugar con el valor de ésta. Si la devalúan consiguen que sus productos sean más baratos y competitivos que los otros países pero al mismo tiempo provocan una inflación y subida de precios que estancan el consumo en el mismo país.
Para finalizar dejemos que sea el propio Thorvaldur Gylfason, uno de los redactores del proyecto de constitución, quien haga balance: hay pocas esperanzas en que el nuevo Parlamento respete la voluntad del pueblo si el Parlamento saliente ha fracasado a hacerlo a pesar de sus promesas.2
Una y otra vez se demuestra que buscar la solución dentro del sistema capitalista en la fase actual es intentar cuadrar el círculo. Una vez más el PCOE no entiende que haya más fases intermedias: sólo cabe ya el Socialismo.
Y para alcanzarlo hay primero que organizar al pueblo trabajador principalmente en centros de trabajo, fincas, centros de estudio, y barrios para desarrollar el Frente Único del Pueblo con el que levantar nuestro propio Estado y Parlamento obreros y tomar así el poder político y económico.
 Comisión de Relaciones Internacionales del PCOE
 

1 https://www.imf.org/external/pubs/cat/longres.aspx?sk=40109.0
2  http://www.vivreenislande.fr/2013/03/putsch-la-constitution-islandaise-redigee-par-le-peuple-a-ete-assassinee-par-le-parlement.html

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