República: ¿Revolución o traición?
Como
en años anteriores, un sin fin de siglas se unen para convocar
manifestaciones en todo el Estado, con motivo del Aniversario de la
instauración de la IIª República, que tiene por fin primordial la
reivindicación de la IIIª República. Dadas las condiciones políticas y
economicas es preciso hacer una exámen, de lo que es y significa la
convocatoria en el momento actual, la cual viene avalada entre otras,
por las siguientes organizaciones: Asoc. de ex-Presos y Represaliados
Políticos, Asoc. Foro por la Memoria, CC.OO, Corriente Roja, CUT-BAI,
Izquierda Unida, JCA, PCA-PCE, POSI, SAT, UGT, UJCE...
En
principio llama la atención que nacionalistas, trotkistas, sindicatos
traidores, partidos políticos reformistas, todos ellos en cierta medida
anticomunistas, se agrupen para celebrar la entrada de un régimen que
durante gran parte de su existencia se caracterizó por la represión contra los trabajadores y comunistas. Idealizan este período sin tener en cuenta que hasta la más democrática de las Repúblicas burguesas es una dictadura de la burguesía. Tomemos algunos ejemplos de las sombras de este período.
En Julio de 1931 tuvo lugar en Sevilla una huelga convocada por
comunistas y anarquistas. Como consecuencia de ella, la República impone
el estado de sitio en la ciudad el 22 del mismo mes, es decir, cuatro
meses después de su proclamación. La represión del régimen fue brutal
como lo demuestran el bombardeo (cañonazo) a Casa Cornelio donde
se reunían los comunistas y la aplicación de la ley de fugas a cuatro
comunistas en el Parque de Maria Luisa.
Posteriormente, se
convocó nueva huelga general en Febrero de 1932 contra las deportaciones
de 72 obreros a Guinea, por el delito de ser revolucionarios. Fue ese
mismo régimen el que en el 1934 procedió contra los revolucionarios en
Asturias y Cataluña, causando cerca de 2000 muertos y alrededor de
30.000 detenidos.
Pero las mismas fuerzas militares que
velaron con tantas energías por la preservación de la República frente
al pueblo insatisfecho, se alzan contra ella tras unas elecciones ganadas
por el Frente Popular, cuando éste, comienza a implantar medidas, que
solo tenían la misión de transformar aspectos económicos a los que la
burguesía, en su proceso democrático había renunciado. Puede decirse,
que aún siendo burguesa, la auténtica Republica que correspondía con la
situación económica del 1936 y al grado del desarrollo de las fuerzas
productivas, comenzó con el triunfo del Frente Popular. ¿Por qué
entonces, se convoca la celebración en Abril y no en Febrero? Por pura
traición.
Lo hemos denunciado mil veces y continuaremos en
nuestro empeño, el reformismo y los nacionalimos acientíficos, han sido
siempre utilizados por el burgués para desviar la atención de la clase
obrera de sus verdaderos objetivos.
Basta recordar que la
imposición de la Monarquía y su impunidad, se realiza cuando el
desarrollo de las luchas obreras y populares iban en crescendo; sin
embargo, fue auspiciada en el movimiento obrero y popular por los PSOE y
PCE juntos con CC.OO y UGT., que contribuyeron a la redacción de la
Constitución eminentemente capitalista, en la cual se consagra la
economía de mercado, la bandera y el himno monárquico y pidieron el voto
afirmativo confundidos con los franquistas.
La trayectoria de
claudicación y de traición nunca encuentra fin en los reformistas, pues
constiuye su esencia. Actualmente, nos encontramos con un capitalismo,
que a principios de la década de los 60 del siglo pasado hubo
finiquitado su proceso democrático burgués o consumación del modo de
producción capitalista en todas las ramas de la economía. A partir de
ahí, cualquier modelo de Estado que adopte la burguesía, no cambiará un
ápice su poder económico y político. Sea fascismo, monarquía o
república, el sistema de producción será capitalista y sus consecuencias
idénticas. Por esta razón, llamar al pueblo a luchar por la República
Burguesa es una nueva traición en toda regla, mucho más cuando, el grado
de desarrollo de la sociedad permite luchar por el socialismo con las
garantías de unas clases trabajadoras profesionalizadas y una tecnología
lo suficientemente avanzada .
El grado de traición es mucho
mayor, porque los trabajadores y el pueblo, rechazan las políticas
gubernamentales (burguesas) pero sin haber adquirido aún la conciencia de
clase para hacer frente al capital, con el fin establecer la verdadera
democracia o gobierno del pueblo conocida científicamente por: Dictadura
Revolucionaria del Proletariado. Porque es en estos momentos, cuando la
vanguardia ha de coger la iniciativa de enseñar el verdadero camino a
los trabajadores, con la intención de sacarlos de la confusión. De no
ser así, las masas en las calles solo podrán conseguir que la propia
burguesía le de un lavado de cara al régimen para que todo continue
igual. O por el contrario, que los elementos más reaccionarios del gran
capital impongan su version fascista.
Empero, la convocatoria
ha puesto al descubierto una vez más, a aquellos que dicen estar contra
el reformismo sobre la base de actitudes y verborrea populistas y luego
en los momentos supremos se deslizan hacia su campo a modo de un
seguidismo vergonzoso.
El PCOE insiste en que la unidad de los
trabajadores con las capas populares bajo un frente común de clases, que no de organizaciones, sustentado
en un programa de cambios profundos de las estructuras económicas, será
el detonante que ponga a las amplias masas en movimiento con la
conciencia de que solo construyendo un estado propio y para sí se
puede vencer defintivamente a la burguesía.
POR EL FRENTE UNICO DEL PUEBLO
POR EL SOCIALISMO
PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)
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