La
situación económica y emocional de las clases trabajadoras y de los
sectores populares de todo el estado español está llegando a extremos
insoportables de pura supervivencia. Jóvenes y mayores, trabajadores,
estudiantes, pequeños agricultores, autónomos, amas de casa,
pensionistas y parados están sufriendo física y mentalmente los horrores
de un sistema cruel que desprecia la vida humana de quienes con su
sudor y sufrimiento generan todas los bienes del país, con tal de
satisfacer el egoísmo despiadado de unos cuantos ricos que han acumulado
y continúan amontonando riquezas sobre el hambre, la enfermedad y la
inducción al suicidio como salida a la desesperación.
Siempre
lo hemos dicho: el capitalismo es un sistema corrupto y lo que produce
es corrupción. Hoy no quedan dudas al respecto, El Parlamento, el
gobierno, los altos dirigentes de la instituciones, son corruptos de
hechos, de connivencia o de confabulación. Unos aprovechándose de las
posibilidades que les ofrece el sistema para lucrarse, saltándose las
leyes que ellos mismos dictan; otros haciendo cumplir leyes antihumanas:
desahucios, despidos, etc; otros pactando con los depravados bajo el
falso pretexto de defender un bien común que al final se traduce en robo
al pueblo para el enriquecimiento propio y de los capitalistas a los
que sirven; los últimos engañando al pueblo con alternativas y salidas
sin atacar a la raíz del problema: el capitalismo.
La
política oficial española ha dado muestras -más que suficientes- de
perversión en todas las áreas, desde los municipios hasta la monarquía.
37 años de mal llamada democracia, no han sido otra cosa que 37 años de
violación de los derechos humanos, de represión policial en las calles,
de amnistías de ricos y de pérdidas de derechos laborales y políticos
del pueblo trabajador. No hay un partido parlamentario que se salve.
El
descubrimiento de una nueva corrupción, en este caso la de las altas
jerarquías del PP, no puede servir de tapadera ni para olvidar que es el
sistema el origen de la corrupción, y no puede tampoco servir de excusa
para que de nuevo otros partidos engañen al pueblo, creándole falsas
expectativas en unas nuevas elecciones, pues todos ellos han cometido
corrupción -bien económica, bien política- siendo fieles administradores
de los intereses de los patronos.
Los
partidos y el sistema actual no tienen ninguna autoridad moral para
gobernar ni para decirle al pueblo que confie por enésima vez en ellos y
muchos menos para pedirnos que cumplamos las leyes que se han hecho
contra nosotros. Llevan la corrupción en la sangre y el capitalismo en
sus corazones.
Sólo
los afectados podemos sacar al país del lugar de deterioro económico,
político y moral en que se encuentra. No vamos a olvidar que entre todos
ellos han construido una sociedad indeseable, coronada por la felonía,
sin escrúpulos, llena de leyes que ase aplican sólo para castigar a las
clases populares.
EL
PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL llama a todos los sectores populares,
para construir el FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO que se debe forjar día a día a
través de la desobediencia civil para no reconocerle ninguna autoridad a
los corruptos. Debemos organizarnos en las empresas, centros de
estudios, barriadas, calles, etc., creando consignas para romper las
leyes que los corruptos han dictado, para incumplir con pagos de
impuestos, desobedecer las subidas de los elementos vitales de nuestras
vidas: transportes, libros, comidas, etc.
Tenemos
la fuerza de la razón y de la cantidad; hagámosla efectiva; avancemos y
poco a poco libraremos el camino de obstáculos para construir una
sociedad nueva en la que la tierra sea para quien la trabaja, para que
las fabricas y minas estén en manos de los que producen, etc. En estos
momentos hay en nuestro país miles de hijos de trabajadores en el paro
que han adquirido la cultura y formación suficiente para que una sociedad más justa funcione
sin necesidad de que los trabajadores tengamos que depender de los
sicarios a sueldo de los ricos. Los ricos no pueden vivir sin nosotros y
nosotros no viviremos mientras existan los ricos.
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