domingo, 11 de agosto de 2013

Supermercados Más, con tu sudor aumentan sus ganancias

El tándem patrones-políticos a su servicio, siempre en contra de los intereses de los trabajadores


La cadena de supermercados andaluza Más, ofrece a sus trabajadores condiciones laborales inauditas en pleno siglo XXI. Inauditas para todo aquel que no entienda el mundo en que nos encontramos: el sistema capitalista. 

Vivimos en una sociedad de clases, unos son dueños de los medios de producción(fábricas, tierras, o las superficies comerciales en este caso) y otros tienen que vender su fuerza de trabajo para poder vivir(obreros, jornaleros, o los empleados de Más en este caso).Es decir, en la sociedad existen clases y capas sociales que tienen intereses antagónicos. A los dueños de la cadena Más lo que les interesa es ganar cada vez más dinero y vender más barato para eliminar a la competencia. Al trabajador lo que le interesa es ganar más dinero para poder comer él y su familia, poder pagar la casa y otros gastos derivados de una vida digna. 

Como decimos, ambos intereses lógicamente están enfrentados. Los capitalistas dueños de Más quieren vender más barato para eliminar a la competencia. Para ello, necesitan sacar mayor rendimiento económico del trabajo de los obreros(plusvalía). Es decir, es una necesidad del funcionamiento del capitalismo el que estos capitalistas paguen salarios cada vez más bajos. 

Esto es una ley científica de desarrollo del capitalismo. Es decir, no es por la maldad del empresario individual, ni del empleado de recursos humanos(que también puede haberla, y en gran medida) sino que el propio capitalismo para desarrollarse necesita obtener la mayor plusvalía posible de la fuerza de trabajo de los trabajadores.

Es decir, la burguesía roba la riqueza que producen los obreros y mediante esta apropiación del producto de la fuerza de trabajo de los empleados adquieren otras empresas empresas, compran nuevos locales, etc.

Evidentemente, los obreros a los que se les ha robado el producto de su fuerza de trabajo, a pesar de financiar estas aventuras del capital , no son remunerados conforme a su trabajo, sino siempre por debajo del valor de su fuerza de trabajo. Porque de lo contrario, el patrón no obtendría ganancias. Es así como acumula capital, es así como obtiene la riqueza, riqueza que es creada por los trabajadores y no por los empresarios como cacarean los voceros del sistema, que loan la implantación cada vez mayor de empresas como Más, que según ellos beneficia al país; sin embargo en una sociedad de clases a quién realmente beneficia es a la clase dominante, a la burguesía.

Así es el capitalismo, y por tanto, los obreros debemos darnos cuenta de que ni las empresas como Más son nuestras, pues son de los capitalistas, ni nosotros competimos con otras empresas: pues los que compiten son los burgueses entre sí y tanto nuestros hermanos obreros de nuestro centro de trabajo como los de la competencia sólo servimos para acrecentar sus ganancias. Lo que nos une es la pertenencia a una clase social, con todos los trabajadores del país, y no la pertenencia a una empresa privada. Con los patrones no nos une nada, ellos son nuestros enemigos de clase puesto que nuestros intereses, como explicamos son antagónicos. 

Miren como Más exporta capitales al exterior, como adquiere otras empresas, como la burguesía y sus palmeros celebran estas adquisiciones, como si fuera un éxito de la sociedad, por encima de las clases y como a pesar de ellos las condiciones de los trabajadores de Más son infames. ¿Hay mayor confirmación práctica de la vigencia de la sociedad de clases y de la lucha de clases? 

El modo que tiene la burguesía de aumentar sus beneficios es aumentar la jornada laboral, reducir los salarios, las condiciones laborales, implantar el terror en la empresa, el miedo al despido,etc. Es decir, harán trabajar más a los obreros para obtener mayores ganancias, “productividad” que lo llaman ellos. No es porque el directivo sea especialmente malvado (que también), o el jefe un déspota, o el de recursos humanos despreciable, es que el capitalismo para funcionar tiene que hacer precisamente eso. Así funciona el sistema, y cuanto antes lo comprendamos antes le podremos poner solución.

Mientras la clase obrera no sea dueña de los medios de producción, la burguesía podrá hacer con ellos lo que le plazca, a pesar de que son los obreros los que producen esas mercancías y esa plusvalía con la que los burgueses obtienen sus ganancias.

Pero toda esta situación no es sostenible, y ahí viene una de las contradicciones principales del capitalismo. En el capitalismo llega un momento en el que tenemos más mercancías de las que la sociedad puede consumir, o comprar. Por ejemplo producimos más alimentos que nunca, pero la sociedad no puede adquirirlos, se quedan en las estanterías de supermercados como Más. Y van directamente al cubo de la basura, existiendo gente que pasa auténtica hambre en Sevilla, dándose la paradoja de que en diversos puntos del Estado las personas hambrientas son multadas por rebuscar en contenedores de la basura dicha comida sobrante.

Al mismo tiempo, al sobrar cada vez más mercancías y no haber demanda, cierran empresas. Esto hace que cada vez haya mayores cantidades de obreros sobrantes, que pierden su empleo. Lo cual lleva a que grandes masas de la sociedad no tengan fuente de ingresos, o que los vean mermados, lo que produce a su vez que no puedan acceder a las mercancías producidas. Esto, que hemos explicado en lenguaje sencillo es la crisis de sobreproducción del capitalismo, o la crisis como vulgarmente se la conoce. Siempre han existido, y existirán mientras haya capitalismo. 

Por tanto la crisis en que nos encontramos es una crisis sistémica del capitalismo en España, una crisis con diferentes crestas que surge en los años noventa por el derrumbe de los modelos productivos japoneses y estadounidenses; para lo cual la burguesía ideó el adelanto del crédito, de un dinero que no existía y que no había sido producido, con el fin de remontar la situación. Vimos como los créditos se concedían a cualquiera que los pidiese, y como la burguesía animaba y adoctrinaba en el consumo masivo e irreflexivo. No vivimos por encima de nuestras posibilidades, ellos nos hicieron vivir así pues sino el capitalismo hubiera quebrado mucho antes. 

Como resultado de la venida de la crisis actual, las entidades más afectadas fueron aquellas que concedían los créditos a cascoporro, es decir, los bancos. Estos quebraron y la burguesía debió rescatarlos con dinero público, es decir, con el dinero de los obreros rescataron a las empresas privadas por excelencia, los bancos. Por tanto la siguiente “salida” a la crisis capitalista que intenta la burguesía ya no puede ser el adelanto del crédito, del dinero fantasma, sino que debe buscar sus propias alternativas para remontar la crisis. 

A esto se añada que, por el desarrollo desigual del capitalismo, empiezan a aparecer países emergentes( nuevos imperios), los llamados países BRIC(Brasil, Rusia, India, China). Como decimos, la teoría leninista del desarrollo desigual nos enseña que los países capitalistas avanzan a saltos, y que quien antes estaba arriba puede caer y quién estaba abajo puede desarrollarse y ocupar el lugar de aquel que cayó. Por tanto, mientras la Unión Europea y el capitalismo occidental se desmorona, estos BRIC empiezan a ocupar su lugar como lo demuestra que China sea uno de los mayores compradores de deuda al Estado Español así como el hecho de su progresiva y masiva implantación en Sudamérica y África, anteriormente cotos privados del capital europeo. 

Por tanto para el capital europeo, y por tanto para el español que es en el que vamos a centrarnos, se plantea un dilema: ¿Cómo remontar la crisis?. La burguesía históricamente tiene una respuesta a esta pregunta: buscando una mercancía cuyo valor produzca el excedente  necesario al capitalista. Esta mercancía la denominamos capital variable y es la fuerza de trabajo. La clave de todo esto es la plusvalía, el valor no remunerado que el obrero crea al capitalista. 

Esto, que en lenguaje marxista puede parecer un galimatías a primera vista, es más sencillo de lo que parece. Significa que el empresario necesita robar más a los trabajadores, porque de este robo(plusvalía) obtiene las ganancias que le permiten recomponer su tasa de ganancia, y con la recomposición de la tasa de ganancia el burgués español puede volver a la arena internacional con renovadas fuerzas para combatir a otros capitalistas extranjeros y nacionales. Es decir, el robo al obrero en mayor escala, y en esta crisis se está viendo una escala inaudita, es la estrategia del burgués(empresario-emprendedor) para no perecer ante las acometidas de otros capitalistas. 

De ahí que sean necesarias para el capitalismo español medidas como la reforma laboral, la reducción de los salarios, el aumento de la jornada de trabajo, la privatización de la economía pública, las ayudas a las empresas por parte del estado de los capitalistas, el aumento de la inflación, etc. Son medidas destinadas a intentar sacar de la UVI a ese capitalismo español en fase decadente, moribundo. Y son los obreros, obreros como los trabajadores de Más  los que están pagando las consecuencias no de la avaricia de los banqueros y la maldad de los políticos, ni de la escasa formación de los empresarios o que estos sean “niños de papá” que acceden a la dirección de la empresa por su origen de clase, sino de un modo de producción(el capitalismo) que necesita estas medidas para mantener su propia existencia. Es decir, el problema principal para los trabajadores de Más es que este modo de producción capitalista ya no tiene nada que aportar a la sociedad como no sea miseria, paro, corrupción, violencia, desahucios, etc.  

Por tanto, como ya hemos señalado al culpable, como hemos descubierto las causas de que los trabajadores de Más tengan las condiciones de trabajo que tienen, debemos señalar la solución.  Hemos de decir que la mera lucha sindical no es la solución, si no va acompañada de la lucha por la conquista del poder político, para destruir ese poder que hoy se encuentra de manera absoluta en manos de la burguesía, en manos de los capitalistas, de los dueños de Más y de cientos como ellos y sustituirlo por el nuevo poder, mucho más democrático, que es el poder obrero, el poder en manos de los trabajadores. 

 La burguesía se ha dotado del arma con la que dominar a la clase obrera y que es el Estado, sus leyes, su judicatura, sus elementos represivos(policía, ejército) etc. Por tanto esta maquinaria siempre va a estar al servicio de los capitalistas. Es de ilusos pensar que el Estado está por encima de las clases o que sirve de árbitro en los conflictos derivados de los intereses antagónicos de los obreros y los patrones. Por tanto, la lucha también debe ser política: teniendo claro que sin la destrucción de ese estado, sin la destrucción del poder político de la burguesía, no hay lucha de clases ninguna ni es posible ningún tipo de victoria.  

El PCOE llama a organizarse en las ACDT(Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores) como los órganos de poder obrero emanados de las fábricas y de los centros de trabajo, como la herramienta que una todas las luchas de la clase obrera y que en simbiosis con los órganos de decisión de los barrios obreros(Asociaciones de Vecinos), con las asambleas de estudiantes, de jornaleros, etc. conforme el Frente Único del Pueblo(FUP). Es decir, crear el germen del estado obrero donde los trabajadores tendrán el poder, que emanará de los centros de trabajo y de los barrios. Es el poder popular que mediante la dualidad de poderes confronte con el actual estado burgués(parlamento, ayuntamientos) hasta que mediante la Revolución Socialista se ponga fin a la existencia del Estado burgués, sus instituciones, sus leyes, su policía, su ejército. Es decir: la eliminación de  la  caduca sociedad burguesa y su sustitución por otra más libre, democrática, pues es la sociedad de los trabajadores, de la mayoría. La sociedad socialista. 

El capitalismo lo único que ofrece al trabajador de Más son peores salarios, peores condiciones con la incertidumbre de que si no “traga” engrose el ejército de seis millones de parados. Es decir, no le ofrece ningún futuro. Ni al más ingenuo de debe escapársele el hecho de que todos los recortes, los “derechos” que pierden los obreros nunca se van a recuperar si no es mediante la superación del capitalismo. Porque este capitalismo, debido a sus leyes de desarrollo, necesita de esas agresiones a la clase obrera, de ese robo, que no hará sino acrecentarse con el tiempo. Nos mienten los reformistas que nos prometen cambios graduales dentro del capitalismo. Lo único que buscan es su poltrona, su cargo político, por mucho ropaje radical con el que se disfracen. Todo aquel que no le diga a los obreros, sin tapujos, que el objetivo es el socialismo y romper con el poder burgués estará engañando a los obreros y contribuyendo a alejar la conciencia de clase de los trabajadores.  

 En resumen, la lucha no es meramente sindical sino una lucha por el poder político que pertenecerá a la clase obrera y a los sectores populares y no a un puñado de oligarcas, banqueros y empresarios que son los que actualmente ostentan todo el poder político en nuestra sociedad, por tanto todos los males de la clase obrera vienen dados por este sistema criminal llamado capitalismo en el que una clase social es dueña de todos los medios de producción. Esta situación es así haya o no crisis, haya o no “bonanza” económica entre comillas, porque la explotación capitalista existirá siempre que exista el capitalismo en cualquiera de sus formas. 

 Urge a la clase obrera organizarse para un fin muy sencillo: la toma del poder político, la cual no se producirá mediante el depósito de una papeleta en una urna electoral sino mediante la revolución. Una revolución que ponga el poder en manos del pueblo, en manos de los que verdaderamente producen la riqueza y que son los que hacen que esta sociedad funcione. 

 El fin es el poder obrero y el socialismo, el único sistema económico que tiene como misión satisfacer las necesidades del pueblo. En el capitalismo, y más tal y como se desarrolla negativamente, estas opciones son quimeras. Por ello llamamos a los obreros a empezar a organizarse y luchar conjuntamente con el PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL, como herramienta que ayudará a vencer al capitalismo. No queremos poltronas, ni cargos, simplemente queremos acabar con el capitalismo y construir una sociedad mejor. En las manos de la clase obrera está el transformar esta realidad.
 

            ¡SI, SE PUEDE, EN EL SOCIALISMO-COMUNISMO!

 

 

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