miércoles, 1 de mayo de 2013

Abengoa: ¡así funciona el capitalismo!

El jefe del Estado, los políticos del sistema y la burguesía que los mantiene y a la que sirven inaugurando las instalaciones de Abengoa.

La multinacional andaluza Abengoa, ofrece a sus trabajadores condiciones laborales inauditas en pleno siglo XXI. Inauditas para todo aquel que no entienda el mundo en que nos encontramos: el sistema capitalista. 

Vivimos en una sociedad de clases, unos son dueños de los medios de producción(fábricas, tierras, comercios, bancos) y otros tienen que vender su fuerza de trabajo para poder vivir(obreros, jornaleros, etc.).Es decir, en la sociedad existen clases y capas sociales que tienen intereses antagónicos. Al dueño de los medios de producción(empresario, emprendedor, sea individual o un grupo de accionistas, que en nuestro caso serían los grandes accionistas de Abengoa) lo que le interesa es ganar cada vez más dinero y vender más barato para eliminar a la competencia. Al trabajador lo que le interesa es ganar más dinero para poder comer él y su familia, poder pagar la casa y otros gastos derivados de una vida digna. 

Como decimos, ambos intereses lógicamente están enfrentados. Los capitalistas quieren vender más barato para eliminar a la competencia. Para ello, tienen dos opciones: no dudarán en llevarse la producción allá donde les salga más barata y donde puedan sacar mayor rendimiento económico del trabajo de los obreros(plusvalía). Es decir, deslocalizan la producción, se la llevan a países del llamado Tercer Mundo donde obtienen mayores ganancias debido a la situación de semiesclavitud de nuestros hermanos obreros en esos países, a los que estos capitalistas pagan salarios aún más bajos que los sueldos que reciben los trabajadores en España. 

Esto, tal como lo descubrieron Marx, Engels y Lenin es una ley científica de desarrollo del capitalismo. Es decir, no es por la maldad del empresario individual sino que el propio capitalismo para desarrollarse necesita cerrar fábricas, centros de trabajo y destruir los puestos de trabajo que no le producen la plusvalía necesaria, trasladando la producción a países donde  obtienen pingües ganancias explotando la mano de obra nativa.

Es decir, la burguesía exporta capitales que producen los obreros, roba la riqueza que producen los obreros y mediante esta exportación de capitales adquieren empresas, fábricas, centro de trabajo en el extranjero para enriquecerse. Evidentemente, los obreros a los que se les ha robado el producto de su fuerza de trabajo, a pesar de financiar estas aventuras del capital transnacional, no ven un duro en todo este proceso. Todo esto a pesar de que la burguesía cacaree de la implantación internacional del capital español, que según ellos beneficia al país; sin embargo en una sociedad de clases a quién realmente beneficia es a la clase dominante, a la burguesía.

Por tanto, por mucho que la burguesía cacaree sobre la grandeza de las inversiones de España en el exterior, por mucho que se intenten cubrir con la bandera del nacionalismo y el patriotismo, lo único que están haciendo es robar a la mayoría de ese pueblo y esa nación con la que tanto se les llena la boca. Así es el capitalismo, y por tanto, los obreros debemos darnos cuenta de que ni las empresas españolas son nuestras, pues son de los capitalistas, ni nosotros competimos con otros países: pues los que compiten son los burgueses entre sí y tanto nuestros hermanos obreros del país en desarrollo como nosotros sólo servimos para acrecentar sus ganancias. 

Miren como Abengoa exporta capitales al exterior, como adquiere otras empresas en el extranjero, como la burguesía y sus palmeros celebran estas adquisiciones y como a pesar de ellos las condiciones de los trabajadores son infames. ¿Hay mayor confirmación práctica de las teorías de Marx, Engels y Lenin?

El segundo modo que tiene la burguesía de aumentar sus beneficios es aumentar la jornada laboral, reducir los salarios y reducir el tiempo de trabajo necesario para producir una mercancía. Es decir, harán trabajar más a los obreros de las fábricas o los centros de trabajo para obtener mayores ganancias. No es porque el directivo sea especialmente malvado (que también), o el jefe un déspota, o el de recursos humanos despreciable, es que el capitalismo para funcionar tiene que hacer precisamente eso. Así funciona el sistema, y cuanto antes lo comprendamos antes le podremos poner solución.

Mientras la clase obrera no sea dueña de los medios de producción, la burguesía podrá hacer con ellos lo que le plazca, a pesar de que son los obreros los que producen esas mercancías y esa plusvalía con la que los burgueses obtienen sus ganancias.

Pero toda esta situación no es sostenible, y ahí viene una de las contradicciones principales del capitalismo. Conforme avanza la técnica, el obrero produce más mercancía en menor tiempo. Asimismo, debido a la anarquía de la producción en el capitalismo, se produce sin ninguna planificación y llega un momento en el que tenemos más mercancías de las que la sociedad puede consumir. Por ejemplo producimos más coches que nunca, pero la sociedad no puede adquirirlos. O más viviendas que nunca, pero la clase trabajadora tampoco puede acceder a ellas, comprar todas las que salen a la venta. 

Al mismo tiempo, los avances técnicos hacen que cada vez haya mayores cantidades de obreros sobrantes, que pierden su empleo. Esto hace que grandes masas de la sociedad no tengan fuente de ingresos, o que los vean mermados, lo que produce a su vez que no puedan acceder a las mercancías producidas. Esto, que hemos explicado en lenguaje sencillo es la crisis de sobreproducción del capitalismo, o la crisis como vulgarmente se la conoce. Siempre han existido, y existirán mientras haya capitalismo. 

Por tanto la crisis en que nos encontramos es una crisis sistémica del capitalismo en España, una crisis con diferentes crestas que surge en los años noventa por el derrumbe de los modelos productivos japoneses y estadounidenses; para lo cual la burguesía ideó el adelanto del crédito, de un dinero que no existía y que no había sido producido, con el fin de remontar la situación. Vimos como los créditos se concedían a cualquiera que los pidiese, y como la burguesía animaba y adoctrinaba en el consumo masivo e irreflexivo. No vivimos por encima de nuestras posibilidades, ellos nos hicieron vivir así pues sino el capitalismo hubiera quebrado mucho antes. 

Como resultado de la venida de la crisis actual, las entidades más afectadas fueron aquellas que concedían los créditos a cascoporro, es decir, los bancos. Estos quebraron y la burguesía debió rescatarlos con dinero público, es decir, con el dinero de los obreros rescataron a las empresas privadas por excelencia, los bancos. Por tanto la siguiente “salida” a la crisis capitalista que intenta la burguesía ya no puede ser el adelanto del crédito, del dinero fantasma, sino que debe buscar sus propias alternativas para remontar la crisis. 

A esto se añada que, por el desarrollo desigual del capitalismo, empiezan a aparecer países emergentes( nuevos imperios), los llamados países BRIC(Brasil, Rusia, India, China). Como decimos, la teoría leninista del desarrollo desigual nos enseña que los países capitalistas avanzan a saltos, y que quien antes estaba arriba puede caer y quién estaba abajo puede desarrollarse y ocupar el lugar de aquel que cayó. Por tanto, mientras la Unión Europea y el capitalismo occidental se desmorona, estos BRIC empiezan a ocupar su lugar como lo demuestra que China sea uno de los mayores compradores de deuda al Estado Español así como el hecho de su progresiva y masiva implantación en Sudamérica y África, anteriormente cotos privados del capital europeo. 

Por tanto para el capital europeo, y por tanto para el español que es en el que vamos a centrarnos, se plantea un dilema: ¿Cómo remontar la crisis?, ¿Cómo restaurar la tasa de ganancia que permite la acumulación capitalista?, ¿Cómo recomponer el ciclo de reproducción ampliada del capital? La burguesía históricamente tiene una respuesta a esta pregunta: buscando una mercancía cuyo valor produzca el excedente  necesario al capitalista. Esta mercancía la denominamos capital variable y es la fuerza de trabajo. La clave de todo esto es la plusvalía, el valor no remunerado que el obrero crea al capitalista. 

Esto, que en lenguaje marxista puede parecer un galimatías a primera vista, es más sencillo de lo que parece. Significa que el empresario necesita robar más a los trabajadores, porque de este robo(plusvalía) obtiene las ganancias que le permiten recomponer su tasa de ganancia, y con la recomposición de la tasa de ganancia el burgués español puede volver a la arena internacional con renovadas fuerzas para combatir a otros capitalistas extranjeros. Es decir, el robo al obrero en mayor escala, y en esta crisis se está viendo una escala inaudita, es la estrategia del burgués(empresario-emprendedor) para no perecer ante las acometidas de otros capitalistas. 

De ahí que sean necesarias para el capitalismo español medidas como la reforma laboral, la reducción de los salarios, el aumento de la jornada de trabajo, la privatización de la economía pública, las ayudas a las empresas por parte del estado de los capitalistas, el aumento de la inflación, etc. Son medidas destinadas a intentar sacar de la UVI a ese capitalismo español en fase decadente, moribundo. Y son los obreros, obreros como los trabajadores de Abengoa  los que están pagando las consecuencias no de la avaricia de los banqueros y la maldad de los políticos, ni de la escasa formación de los empresarios o que estos sean “niños de papá” que acceden a la dirección de la empresa por su origen de clase, sino de un modo de producción(el capitalismo) que necesita estas medidas para mantener su propia existencia. Es decir, el problema principal para los trabajadores de Abengoa es que este modo de producción capitalista ya no tiene nada que aportar a la sociedad como no sea miseria, paro, corrupción, violencia, desahucios, etc.  

Por tanto, como ya hemos señalado al culpable, como hemos descubierto las causas de que los trabajadores de Abengoa tengan las condiciones que tienen, debemos señalar la solución.  Hemos de decir que la mera lucha sindical no es la solución, si no va acompañada de la lucha por la conquista del poder político, para destruir ese poder que hoy se encuentra de manera absoluta en manos de la burguesía, en manos de los capitalistas, de los dueños de Abengoa y de cientos como ellos y sustituirlo por el nuevo poder, mucho más democrático, que es el poder obrero, el poder en manos de los trabajadores. 

 La burguesía se ha dotado del arma con la que dominar a la clase obrera y que es el Estado, sus leyes, su judicatura, sus elementos represivos(policía, ejército) etc. Por tanto esta maquinaria siempre va a estar al servicio de los capitalistas. Es de ilusos pensar que el Estado está por encima de las clases o que sirve de árbitro en los conflictos derivados de los intereses antagónicos de los obreros y los patrones. Por tanto, la lucha también debe ser política: teniendo claro que sin la destrucción de ese estado, sin la destrucción del poder político de la burguesía, no hay lucha de clases ninguna ni es posible ningún tipo de victoria.  

El PCOE llama a organizarse en las ACDT(Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores) como los órganos de poder obrero emanados de las fábricas y de los centros de trabajo, como la herramienta que una todas las luchas de la clase obrera y que en simbiosis con los órganos de decisión de los barrios obreros(Asociaciones de Vecinos), con las asambleas de estudiantes, de jornaleros, etc. conforme el Frente Único del Pueblo(FUP). Es decir, crear el germen del estado obrero donde los trabajadores tendrán el poder, que emanará de los centros de trabajo y de los barrios. Es el poder popular que mediante la dualidad de poderes confronte con el actual estado burgués(parlamento, ayuntamientos) hasta que mediante la Revolución Socialista se ponga fin a la existencia del Estado burgués, sus instituciones, sus leyes, su policía, su ejército. Es decir: la eliminación de  la  caduca sociedad burguesa y su sustitución por otra más libre, democrática, pues es la sociedad de los trabajadores, de la mayoría. La sociedad socialista. 

El capitalismo lo único que ofrecen al trabajador de Abengoa son peores salarios, peores condiciones con la incertidumbre de que si no “traga” engrose el ejército de seis millones de parados. Es decir, no le ofrece ningún futuro. Ni al más ingenuo de debe escapársele el hecho de que todos los recortes, los “derechos” que pierden los obreros nunca se van a recuperar si no es mediante la superación del capitalismo. Porque este capitalismo, debido a sus leyes de desarrollo, necesita de esas agresiones a la clase obrera, de ese robo, que no hará sino acrecentarse con el tiempo. Nos mienten los reformistas que nos prometen cambios graduales dentro del capitalismo. Lo único que buscan es su poltrona, su cargo político, por mucho ropaje radical con el que se disfracen. Todo aquel que no le diga a los obreros, sin tapujos, que el objetivo es el socialismo y romper con el poder burgués estará engañando a los obreros y contribuyendo a alejar la conciencia de clase de los trabajadores.  

 En resumen, la lucha no es meramente sindical sino una lucha por el poder político que pertenecerá a la clase obrera y a los sectores populares y no a un puñado de oligarcas, banqueros y empresarios que son los que actualmente ostentan todo el poder político en nuestra sociedad, por tanto todos los males de la clase obrera vienen dados por este sistema criminal llamado capitalismo en el que una clase social es dueña de todos los medios de producción. Esta situación es así haya o no crisis, haya o no “bonanza” económica entre comillas, porque la explotación capitalista existirá siempre que exista el capitalismo en cualquiera de sus formas. 

 Urge a la clase obrera organizarse para un fin muy sencillo: la toma del poder político, la cual no se producirá mediante el depósito de una papeleta en una urna electoral sino mediante la revolución. Una revolución que ponga el poder en manos del pueblo, en manos de los que verdaderamente producen la riqueza y que son los que hacen que esta sociedad funcione. 

 El fin es el poder obrero y el socialismo, el único sistema económico que tiene como misión satisfacer las necesidades del pueblo. En el capitalismo, y más tal y como se desarrolla negativamente, estas opciones son quimeras. Por ello llamamos a los obreros a empezar a organizarse y luchar conjuntamente con el PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL, como herramienta que ayudará a vencer al capitalismo. No queremos poltronas, ni cargos, simplemente queremos acabar con el capitalismo y construir una sociedad mejor. En las manos de la clase obrera está el transformar esta realidad.
 

            ¡SI, SE PUEDE, EN EL SOCIALISMO-COMUNISMO!

 

1 comentario:

  1. Esta gente son unos sinvergüenzas fascistas.
    - el trabajador no tiene derecho a huelga. (ni se le ocurriría hacer huelga porque sabe que le toca despido).
    - no tienen ningún sindicato, cuando la ley lo exige por numero de trabajadores.
    - contratos abusivos. Ej. contrato como delineante y salario de delineante para un arquitecto jefe de equipo. Con lo cual mala vida laboral para este.
    - jornadas diarias de mas de 12 horas por norma, cuando no son 14 o mas, incluso teniendo que ir algunos sábados (que no correspondería) y llevándose mas trabajo a casa.
    - ambiente hostil de trabajo, no permitiendo ni relaciones "intimas" entre empleados, y evitando amistades para controlar que no se formen grupos que pudieran "organizarse y sublevarse".
    - creo recordar que también me contaron la obligatoriedad de asistir a alguna misa cristiana.

    estas son algunas de las maravillas que me cuenta mas de un conocido que trabaja en esta empresa sevillana de la cual no nos sentimos orgullosos.

    TRABAJADORES DE ABENGOA; UNIOS Y LUCHAD QUE ESTA EMPRESA HACE ACOPIO DE MUCHO DINERO A BASE DE VUESTRO TRABAJO

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