lunes, 25 de marzo de 2013

LECCIONES SOBRE EL CIRRE DE DANONE Y EL ERE EN SANTA BÁRBARA SISTEMAS




La crisis que azota al mundo capitalista es profunda y sin duda dejará secuelas graves para la clase obrera, y esta clase obrera orientada por su Partido debe saber afrontar, en base al análisis que nos permite el socialismo científico, los fenómenos sociales que se están sucediendo o  los trabajadores estaremos condenados a permanecer en período de letargo y postración para la eternidad.

¿Puede encarar la clase obrera el presente ciclo estrictamente desde un punto de vista sindical? Es evidente que no, porque nos enfrentamos al sistema con todo lo que conlleva, la patronal es tan solo un componente de nuestro enemigo.

El sindicato tiene la misión de disputar al patrón la plusvalía, pero en épocas de crisis muchas empresas mueren, otras obtienen pérdidas; aunque, existan sectores económicos que salen fortalecidos. La realidad se impone, exceso de productos, reducción de la masa humana con capacidad de adquisición para comprar los productos, estos han de bajar sus precios forzosamente para resolver la relación oferta-demanda, incluso por debajo del coste, aquí es cuando realmente comienza la crisis, porque las empresas no pueden soportar su mantenimiento a costa de perder dinero constantemente, los trabajadores en volúmenes espectaculares son arrojados al paro,  otros ven reducidos drásticamente sus salarios, hay menos compradores, la crisis se ahonda. Etc. Etc.

Ante toda esta avalancha de acontecimientos los gobiernos se ven impelidos a subvencionar a las empresas para  frenar la crisis, al menos para que se mantengan y superen como sea este periodo nefasto. Pero al final, todo el dinero que reciben las empresas coadyuva a la preparación de una nueva crisis, según la ley de la composición orgánica del capital, pues con él la patronal se dotará de mejores máquinas con las que hacer frente a la competencia. Ahora se trataría de aumentar la productividad, mas cantidad de productos en menos tiempo y con menos costes y mas perfectos  al objeto de ofertar a menos precios que sus contrincantes, hasta que de nuevo entre unos y otros saturen el mercado, a la par que la incorporación de nuevas tecnologías provoca la disminución de la fuerza de trabajo, o sea se incrementa el desempleo y así sucesivamente. Más todo acaece independientemente de la voluntad del patrón, del gobierno y demás instituciones políticas y económicas capitalistas, que no pueden salirse de la inercia que imprime el sistema. Es el sistema capitalista el que obliga ciclo tras ciclo a los mismos comportamientos por consiguiente para acabar con tantas desventuras sufridas por los trabajadores hay que atacar a ese maldito sistema, no cabe otra.

Es evidente que los sindicatos no pueden frenar la crisis por medio de convenios colectivos, que por otro lado serán menores y precarios dada la situación y el ambiente creado. Tampoco pueden frenar el cierre de una empresa que esté en crisis de verdad con las huelgas. Todas las actividades que se llevan a cabo se reduce a la autodefensa in extremis sin posibilidad alguna de éxito. Todas las actitudes defensivas no superan el carácter espontáneo de la lucha, pues no es una táctica para vencer,  organizada y científica. Los trabajadores no saben contra quién y cómo luchar, están abocados a la derrota. En la época de crisis la lucha ideológica y política desborda a la económica en el terreno de la lucha de clases, por lo que debe ser obra de los partidos revolucionarios.

Por todas estas razones, el PCOE trabaja afanosamente por la unidad de la clase obrera desde sus órganos más representativos, es decir, los comités de empresas, pero no para convertir a estos solo en buenos sindicalistas, pues hemos visto que los trabajadores han de superar el ámbito sindical y económico si quieren acabar con el sistema que le esclaviza.

Ante esta estrategia de unión de la clase trabajadora se quejarán los burgueses, los reformistas y traidores que utilizarán la “intromisión” del partido para que los trabajadores más atrasados no abracen la política y la ideología de clase y de esta forma mantener incólumes las estructuras económicas del capitalismo monopolista de estado.

 Son los burgueses, reformistas y traidores los que temen a la unión de la clase obrera para no perder sus privilegios, su poder y su clientela. En eso estriba precisamente la lucha ideológica. Los trabajadores tienen que saber y comprender que la lucha es contra el sistema y que solo podremos tener posibilidades de victoria unidos bajo la teoría científica que explica el origen, el funcionamiento y la salida a este sistema capitalista que explota a la clase obrera. Y esa teoría científica es el socialismo científico, y es por ello que burgueses, reformistas y oportunistas dedican ingentes recursos, tiempo y feroces iniciativas a difamarla y calumniarlo. Por que saben que es la herramienta que nos llevará a la victoria, y les hará perder sus privilegios.

Es por ello que llamamos a los trabajadores a revertir esta situación de derrota, desarrollando la herramienta necesaria para ello: el Partido Comunista Obrero Español y fortaleciendo los órganos unitarios de la clase obrera que son las Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores(ACDT)

 

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