La crisis que azota al mundo capitalista es
profunda y sin duda dejará secuelas graves para la clase obrera, y esta clase
obrera orientada por su Partido debe saber afrontar, en base al análisis que
nos permite el socialismo científico, los fenómenos sociales que se están
sucediendo o los trabajadores estaremos
condenados a permanecer en período de letargo y postración para la eternidad.
¿Puede encarar la clase obrera el presente
ciclo estrictamente desde un punto de vista sindical? Es evidente que no,
porque nos enfrentamos al sistema con todo lo que conlleva, la patronal es tan
solo un componente de nuestro enemigo.
El sindicato tiene la misión de disputar al
patrón la plusvalía, pero en épocas de crisis muchas empresas mueren, otras
obtienen pérdidas; aunque, existan sectores económicos que salen fortalecidos.
La realidad se impone, exceso de productos, reducción de la masa humana con
capacidad de adquisición para comprar los productos, estos han de bajar sus
precios forzosamente para resolver la relación oferta-demanda, incluso por
debajo del coste, aquí es cuando realmente comienza la crisis, porque las
empresas no pueden soportar su mantenimiento a costa de perder dinero
constantemente, los trabajadores en volúmenes espectaculares son arrojados al
paro, otros ven reducidos drásticamente sus salarios, hay menos
compradores, la crisis se ahonda. Etc. Etc.
Ante toda esta avalancha de acontecimientos
los gobiernos se ven impelidos a subvencionar a las empresas para frenar
la crisis, al menos para que se mantengan y superen como sea este periodo
nefasto. Pero al final, todo el dinero que reciben las empresas coadyuva a la
preparación de una nueva crisis, según la ley de la composición orgánica del
capital, pues con él la patronal se dotará de mejores máquinas con las que
hacer frente a la competencia. Ahora se trataría de aumentar la productividad,
mas cantidad de productos en menos tiempo y con menos costes y mas
perfectos al objeto de ofertar a menos precios que sus contrincantes,
hasta que de nuevo entre unos y otros saturen el mercado, a la par que la
incorporación de nuevas tecnologías provoca la disminución de la fuerza de
trabajo, o sea se incrementa el desempleo y así sucesivamente. Más todo acaece
independientemente de la voluntad del patrón, del gobierno y demás
instituciones políticas y económicas capitalistas, que no pueden salirse de la
inercia que imprime el sistema. Es el sistema capitalista el que obliga ciclo
tras ciclo a los mismos comportamientos por consiguiente para acabar con tantas
desventuras sufridas por los trabajadores hay que atacar a ese maldito sistema,
no cabe otra.
Es evidente que los sindicatos no pueden
frenar la crisis por medio de convenios colectivos, que por otro lado serán
menores y precarios dada la situación y el ambiente creado. Tampoco pueden
frenar el cierre de una empresa que esté en crisis de verdad con las huelgas.
Todas las actividades que se llevan a cabo se reduce a la autodefensa in
extremis sin posibilidad alguna de éxito. Todas las actitudes defensivas no
superan el carácter espontáneo de la lucha, pues no es una táctica para
vencer, organizada y científica. Los trabajadores no saben contra quién y
cómo luchar, están abocados a la derrota. En la época de crisis la lucha ideológica
y política desborda a la económica en el terreno de la lucha de clases, por lo
que debe ser obra de los partidos revolucionarios.
Por todas estas razones, el PCOE trabaja
afanosamente por la unidad de la clase obrera desde sus órganos más representativos,
es decir, los comités de empresas, pero no para convertir a estos solo en
buenos sindicalistas, pues hemos visto que los trabajadores han de superar el
ámbito sindical y económico si quieren acabar con el sistema que le esclaviza.
Ante esta estrategia de unión de la clase
trabajadora se quejarán los burgueses, los reformistas y traidores que
utilizarán la “intromisión” del partido para que los trabajadores más atrasados
no abracen la política y la ideología de clase y de esta forma mantener incólumes
las estructuras económicas del capitalismo monopolista de estado.
Son los
burgueses, reformistas y traidores los que temen a la unión de la clase obrera
para no perder sus privilegios, su poder y su clientela. En eso estriba
precisamente la lucha ideológica. Los trabajadores tienen que saber y
comprender que la lucha es contra el sistema y que solo podremos tener
posibilidades de victoria unidos bajo la teoría científica que explica el
origen, el funcionamiento y la salida a este sistema capitalista que explota a
la clase obrera. Y esa teoría científica es el socialismo científico, y es por
ello que burgueses, reformistas y oportunistas dedican ingentes recursos,
tiempo y feroces iniciativas a difamarla y calumniarlo. Por que saben que es la
herramienta que nos llevará a la victoria, y les hará perder sus privilegios.
Es por ello que llamamos a los trabajadores a revertir esta
situación de derrota, desarrollando la herramienta necesaria para ello: el
Partido Comunista Obrero Español y fortaleciendo los órganos unitarios de la
clase obrera que son las Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores(ACDT)
No hay comentarios:
Publicar un comentario