lunes, 18 de febrero de 2013

¿"Frente de Masas" o sopa de siglas?




La aplicación mecánica de la teoría del socialismo científico sin tener en cuenta que la sociedad está en movimiento, en cambio constante conduce a desviaciones contrarias al marxismo-leninismo y a  las leyes de la dialéctica y del movimiento. 

Los comunistas sabemos que la revolución no la realizan individuos aislados, ni las vanguardias, sino que es la lucha de las masas la que propicia los cambios cualitativos necesarios: las masas serán quienes manden el capitalismo al basurero de la historia y edifiquen el socialismo, en esta etapa en que las relaciones de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas hace más necesario que nunca el tránsito del capitalismo al socialismo. 

Por tanto la táctica de masas de un Partido Comunista, es vital para el devenir de su cometido: educar revolucionariamente al proletariado y organizar la toma del poder, todo esto dentro del capitalismo, se entiende, pues luego de derrocado este su misión es dirigir a las masas hacia la edificación del socialismo. 

Sin embargo una de las mayores desviaciones de los auto-denominados Partidos Comunistas en el Estado Español, es su táctica de masas. Una mirada rápida al programa tanto de aquellos que se reclaman del marxismo-leninismo como los que forman parte prácticamente de la socialdemocracia, nos hará ver que lo que en una época, en unas determinadas circunstancias fue la táctica a seguir, a día de hoy ha sido totalmente superada por el desarrollo de los acontecimientos, por el movimiento de la sociedad. 

Lenin nos decía, y con gran razón, que el Partido ha de actuar allí donde estén las masas. Pero lo que hay que preguntarse es realmente, ¿dónde se encuentran las masas a día de hoy? Responder a esta sencilla pregunta de un modo u otro nos dirá si hemos comprendido las condiciones actuales o bien si seguimos en el error de aplicar mecánicamente soluciones concretas a problemas concretos ante procesos muy distintos. 

La táctica de masas del comunismo en el Estado Español, desde mediados de los años 30 para acá, fundamentalmente la llevada a cabo por el PCE consistía en crear los denominados frentes de masas: agrupaciones de individuos de diferentes tendencias para luchar por unos intereses concretos. Dicha táctica, aplicada a la situación y al contexto concreto, era correcta. El PCE de la época, y por ende los partidos comunistas a nivel europeo, eran capaces de movilizar a millones de trabajadores si se lo proponían. Asimismo los llamados “Frentes de Masas” agrupaban a miles y miles de obreros, unos con conciencia de clase desarrollada, otros sin rastro de conciencia pero que al calor de la lucha y de la dirección correcta del Partido Comunista la desarrollaban. Podemos decir, que para la época la táctica era la necesaria y la correcta. 

Sin embargo, la sociedad está en cambio constante. Ese mismo PCE, abandonó los fundamentos del leninismo progresivamente, culminando en el famoso “eurocomunismo”, aunque dicha postura no la podemos desligar del triunfo del revisionismo en el Movimiento Comunista Internacional tras el XX Congreso del PCUS, que fue el origen de todas estas posturas profundamente anticomunistas: revisionismo, vías nacionales al socialismo, coexistencia pacífica, tránsito pacífico del capitalismo al socialismo sin revolución violenta, etc. 

Como consecuencia de ello, se empiezan a desgajar sectores del PCE debido a su deriva oportunista y revisionista, sectores que a pesar de sus buenas intenciones de conservar el leninismo tampoco eran ajenos a esta deriva del Movimiento Comunista Internacional. El PCOE fue uno de estos sectores, fundado a principios de los años 70, vilipendiado por este mismo Movimiento Comunista Internacional y que poco a poco fue superando estos vicios y estas actitudes como consecuencia del análisis calmado, libre de los vicios e influencias que citamos, en definitiva consiguiendo librarse de toda la influencia que el revisionismo ejercía en él. No fue un proceso rápido, tampoco indoloro, sin embargo la sana autocrítica y la lucha ideológica dieron sus frutos y a día de hoy el PCOE emerge como un partido sólidamente anclado a la ciencia marxista-leninista y combatiente de todo desviacionismo y oportunismo.

Como veníamos diciendo, una de las claves que el análisis que realiza este texto considera primordiales es el reconocer que a día de hoy no existe ningún “Frente de Masas” que merezca tal apodo, puesto que las masas, la clase obrera y sus aliados se encuentran totalmente desconectados de esos que llamamos Frentes.
Hoy, cualquier “Frente de Masas” a lo sumo que llega es a ser un extraño popurrí de militantes de diversas organizaciones, colectivos generalmente enfrentadas entre sí por ver quién se lleva al huerto a las “masas”, lo cual no deja de ser irónico pues esas “masas” a las que llevarse no se encuentran en el Frente, y por tanto a lo único que llegan es al rompimiento y al surgimiento de dos o más “Frentes de masas” donde anteriormente existía uno.
Preguntemos a cualquiera que ejerza lo que denominan trabajo en los “frentes de masas”, únicamente encontraremos malas palabras ante sus co-militantes de “frente”, siendo las reuniones de dichos frentes una jaula de grillos donde los ataques personales, entre organizaciones y la discordia están a la orden del día, ¿es ese el futuro que aguarda a la organización de la clase obrera? 

No. Para el PCOE de Sevilla el futuro no son estas, llamémosle por su nombre, sopas de siglas. Una de las herencias que dejó el carrillismo en lo organizativo, que copian mecánicamente siglas incluso que se dicen revolucionarias o contrarias a la desviación socialdemócrata actual del PCE(y no nos referimos sólo a partidos comunistas) es el concepto de agrupación. El carrillismo eliminó la genuina célula de centro de trabajo que era la ligazón del Partido Comunista con las masas, al nivel más básico, el eje central de esta ligazón y el que conducía al Partido a realizar los análisis correctos y adecuados sobre la situación, correlación de fuerzas, psicología, etc. de las masas obreras, del proletariado.
 
Una vez eliminada la célula, hacía falta algo que sustituyese a dicha forma de organización básica del comunismo, para no estar totalmente alejados del proletariado: es así como surge el moderno concepto de “frente de masas”. Sin embargo, la realidad paradójicamente muestra que dicha concepción de los “frentes de masas” fue un fracaso desde el mismo momento de su inicio. Un rápido vistazo a la situación actual de Sevilla, nos confirma positivamente dicho análisis y es que : ¿a día de hoy que organización aglutina a las masas proletarias de Sevilla para luchar por unos intereses concretos?(entendiendo el concepto de masas como amplios sectores de la clase obrera y sus aliados).

Numéricamente es el sindicalismo vinculado a los monopolios, a la Confederación Sindical Internacional, que forma parte del Estado, la que sin discusión es numéricamente más amplia. Sin embargo, una tasa de sindicación a estas organizaciones del 9%, y bajando, es sin ningún género de dudas ridícula. ¿Eso son las “masas”? Como vemos en nuestras visitas a polígonos y centros de trabajo, la inmensa mayoría de los trabajadores de Sevilla ni siquiera tiene afiliación sindical, y desprecia a estas dos siglas. 

¿Qué otro de los auto-denominados “Frentes de masas” existen en Sevilla? Si ni siquiera CCOO y UGT lo son, mucho menos lo serán las genuinas sopas de siglas que encontramos en todos los ámbitos: republicanismo(N de R: el PCOE no lucha por la República), antifascismo, solidaridad internacional y antiimperialista, juventud, y cualquier ámbito al que desviemos la mirada. A todo lo más que llega la más exitosa de esas sopas de siglas es a movilizar a escasos centenares de personas, en una ciudad en la que los trabajadores asalariados son varias centenas de miles(y eso sin analizar la composición social del área metropolitana). 

Por tanto para el PCOE, y eso nos vale críticas de los “sopistas de siglas” tales como sectarios, alejados de la realidad, militantes de redes sociales, el trabajo no está en las sopas de siglas sino en conseguir una vinculación real del Partido con las masas. Como se explica en este análisis, los que están alejados de la realidad son ellos y la situación actual del proletariado en el Estado Español es el mejor aval para considerar que su estrategia es un fracaso, metafísica y totalmente antimarxista. 

El PCOE, como partido que recupera los fundamentos del leninismo, tiene como objetivo, y se marca como táctica el desarrollar células del Partido en la mayor cantidad de fábricas y centros de trabajo de la ciudad. Esa es la auténtica ligazón con las masas por la que lucha el PCOE, un trabajo de hormigas, sin reconocimiento mediático ninguno, pero que es la única fórmula de que el Partido Comunista vuelva a tener la mínima influencia entre las masas. Crear células, organización leninista, es la vía al desarrollo de la conciencia de clase, que a día de hoy está  años luz de aparecer. 

Se equivocan aquellos que creen que mediante la organización espontánea o por la mera agudización de las condiciones de vida de la clase obrera para lo negativo se producirá un cambio cualitativo en la conciencia de clase. Sólo el Partido Comunista puede llevar a cabo dicha tarea, y la lleva a cabo en los centros de trabajo, y fábricas donde se halla el sujeto revolucionario: la clase obrera. La combinación de lucha económica, ideológica y política es lo que nos llevará a empezar a sacar a proletarios de las garras del capitalismo, lo que nos permitirá vencer la hegemonía de la ideología de la clase dominante, burguesa. Cuando los obreros en una fábrica acudan al Partido a preguntar sus dudas, a informarse, cuando además de esto el Partido llegue a los obreros por medio de la propaganda, de los mítines, de la lucha ideológica a pié de tajo es cuando por fin esa ligazón de las masas con su Partido, con el Partido del Proletariado volverá a producirse. 

Y dicha tarea sólo la podrá llevar a cabo la célula comunista en su ámbito natural: la fábrica o el centro de trabajo. Todo aquel que considere innecesaria la existencia de la célula en el tajo, se equivoca, y la historia pone de manifiesto que es una equivocación reincidente. Esa es la etapa de desarrollo de la lucha de clases en la que nos encontramos.

 

 

 

 

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