Durante
todos estos últimos años, la burguesía, su gobierno y el parlamento, se
han empeñado en infundir con ahínco, utilizando todos los medios
posibles, que la crisis y sus graves efectos entre los trabajadores, no
tiene nada que ver con el sistema capitalista y sí con la ideología del
gobierno de turno, es decir: el neoliberalismo o la socialdemocracia.
En
este sentido, no existen diferencias entre la derecha y la izquierda
parlamentaria. El Comité Central del PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL
(PCOE) ha denunciado una y otra vez el engaño, propagando entre los
trabajadores y las clases populares, que la crisis es producida por las
contradicciones del modo de producción burgués y en su consecuencia, no
es por culpa de tal o cual líder, de tal o cual partido, de tal o cual
ideología, sino que deriva de causas intrínsecas del sistema,
independientemente de los gestores. Y nuestra alternativa desde el
comienzo ha sido muy clara: para erradicar las crisis, cada vez más
duraderas y más graves, es imprescindible un cambio de estructuras
económicas que liquide el poder económico y político de los monopolios y
la gran burguesía, por tanto, en nuestra opinión no habrá salida desde
la perspectiva de los trabajadores si no es a través del socialismo.
Las
luchas que se desarrollan en todo el estado español por la conservación
del puesto de trabajo, por romper la consigna patronal-gobierno de no
discutir los convenios; contra los desahucios; contra la política
agraria que empobrecen a los pequeños campesinos en favor de los
terratenientes y de la comercialización de los monopolios especuladores;
la resistencia de los funcionarios públicos a las privatizaciones y las
huelgas y manifestaciones estudiantiles etcétera, no se enmarcan en la
lucha de clases todavía. Nuestra clase obrera aún no ha adquirido la
conciencia de clase para dirigir un proceso revolucionario. Pero, qué
duda cabe, todos estos combates que movilizan diariamente a decenas de
miles de trabajadores, podrían haber sido el inicio de una modificación
sustancial en su pensamiento y en sus objetivos.
A
tal efecto, el PCOE lanzó la consigna de constituir asambleas de
comités y delegados de empresas, ni mucho menos para unir a la clase
obrera sindicalmente, esa es la misión de los sindicatos, sino
políticamente, en torno a las cuales se deberían aglutinar en un FRENTE
ÚNICO DEL PUEBLO las clases y capas populares explotadas por el Capital
Monopolista.
Nuestra
táctica de masas no fue el producto de la locura, ni es fruto de un
acto de prestidigitación, ningún ilusionista se la ha sacado de la
manga, pues los trabajadores la han estado llevando a la práctica, de
forma incipiente, en miles de lugares de nuestro país: comités
intercentros, comités del mismo gremio, reuniones de comités para las
huelgas generales... Pero desde que el Partido lanzó la consigna, hemos
encontrado todo tipo de obstáculos por parte de los sindicatos (CC.OO y
UGT), que han llegado a la expulsión de afiliados que estaban de acuerdo
con las citadas Asambleas; mas no sólo han sido los sindicatos, también
partidos que se reclaman de la izquierda revolucionaria,
anticapitalistas, en aras de una supuesta conservación de sus parcelitas
de poder, han puesto sus zancadillas, sin presentar ninguna otra
alternativa; aunque, es importante reconocer, por su ascendencia en
estos momentos en la política española, que los afiliados de IU han
incidido en determinados lugares con mayor fuerza en obturar cualquier
vía que se propusiera por medio de las Asambleas de Comités, Delegados y
Trabajadores.
Tenemos,
pues, que en la práctica la burguesía está saliendo airosa en sus
tropelías contra el pueblo trabajador. Pero no basta con la práctica, no
es suficiente que los partidos impongan la supremacía del capital en el
plano político; también es necesario socavar el proceso de
concienciación de la clase obrera desde el ámbito de la ideología para
que no aprenda de los fallos y de los fracasos y ¿qué mejor organización
puede cumplimentar ese cometido que IU?
IU aprovechando el desprestigio del bipartidismo (PSOE-PP), radicalizó su verbo; aunque nunca su programa pequeño-burgués. Pero éste no llega al pueblo; en cambio, su discurso “diferente”:
“Rebelión Democrática”, “Referendum” etc. suena en los oídos de las
víctimas a un cambio de su suerte adversa. La traición es irritante,
porque el único cambio que pretende IU es el de gobierno, y a lo sumo de
bandera, pero no del sistema explotador.
Como lo demuestra la historia de la coalición, los líderes de IU se deben a su madre ideológica, la
burguesía, y cada vez que lanzan una consigna supuestamente
“revolucionaria”, para embaucar a los trabajadores, inmediatamente
informan a su progenitora de cuál es su verdadero objetivo. En estos
momentos cruciales, después de su X Asamblea Federal uno de sus líderes,
Gaspar Llamazares, le ha dicho al gran capital que no tiene nada que
temer y lo ha hecho del modo que los líderes de IU y del PCE suelen
hacerlo, cargando las tintas contra Cuba, como antes lo hicieran contra
la URSS, para confirmar su posición “democrática” y de su negación al socialismo: “Me gustaría que hubiera elecciones libres y democráticas pluralistas, en todo el mundo, también en Cuba”,
señaló el dirigente de IU Gaspar Llamazares. Luego ha añadido que han
defendido más que nadie, desde siempre, la democracia. Como era de
esperar la prensa y radio más reaccionaria del país, así como de la
gusanera cubana, se han hecho eco de sus manifestaciones.
Cuánta
traición esconden estas palabras a la historia del Movimiento Comunista
y Obrero Mundial, repleta de mártires. Es evidente que, IU y PCE,
estiman como el culmen de la democracia la sociedad burguesa. Y lo hacen
cuando el paro va camino de los seis millones de trabajadores en todo
el Estado Español; cuando el umbral de la pobreza lo han superado doce
millones de personas; cuando los que tienen la suerte de estar
trabajando ven como día a día pierden gran parte de sus salarios; cuando
las leyes antiobreras son más reaccionarias y han reducido a la nada
los derechos de los trabajadores; cuando hay comunistas y nacionalistas
en las cárceles, cuando se privatiza la Sanidad, cuando... ¿Es ésta la
democracia de la que nos habla Llamazares? por supuesto que sí. ¿Acaso
no estamos hablando de España? ¿Qué hacen él y su grupo?
Estamos
acostumbrados al doble juego de los líderes de IU y PCE, para quienes
la Constitución española tiene suficientes resquicios en donde
introducir otra política. Según ellos utilizándola a favor de los
trabajadores, se puede cambiar el sistema. El PCE, especialmente, olvida
que fue uno de los culpables de que ello no sea así. Dicho partido
intervino en la redacción de la Constitución actual y pidió el voto
afirmativo. ¿Acaso no se sacraliza en el artículo 38 de dicha
Constitución la Economía de Mercado (capitalismo)? ¿No es verdad que el
PCE aceptó la bandera española, el himno fascista y la monarquía y todas
las atribuciones militares del Rey? Pero ahora, la búsqueda de la
República Burguesa, es la única oportunidad que tienen los traidores
para hablar de cambio sin cambiar nada.
Pero
¿Dónde está el gobierno del pueblo, que define a la democracia? IU-PCE
como los demás partidos mayoritarios del arco parlamentario, les deben
su presencia, al dinero de los bancos; préstamos electorales que en
demasiadas ocasiones son condonados, por las entidades financieras ¿Por
qué? Porque la democracia de la que habla el Sr. Llamazares es el poder
de los bancos y de los monopolios y estos conceden gracias especiales a
sus servidores y lacayos. Y esa es la clase de democracia que quiere
IU-PCE, la de los pactos con la socialdemocracia y la derecha, para
mantener la situación actual: Extremadura, País Vasco, Cataluña,
Asturias y Andalucía son pruebas fehacientes de que dicha coalición no
sólo no va atentar contra el poder establecido sino, por el contrario,
está sirviendo de vehículo para la ejecución de las políticas del PP o
las facilita.
En
una época de crisis tan dura como la presente para el capitalismo
europeo, Llamazares apunta con el dedo delator a Cuba sin dar una sola
explicación que justifique sacar a relucir el nombre de uno los pocos
países que existe en el mundo que no depende del imperialismo y que
tiene la valentía de exponer su política económica a su pueblo, y al
mundo entero, para que la discuta, para que participe en ella. Pero en
Cuba, según los dirigentes de IU-PCE, no hay democracia; en cambio, la
hay en España, donde un partido puede proponer unas medidas durante su
campaña electoral y luego engañar al pueblo, como lo está haciendo el
PP, como lo hizo PSOE y como en Andalucia llevan a término IU-PSOE.
Democracia para el Sr. Llamazares es la de España, en la que un diputado
no puede ser impugnado hasta pasado cuatro años; sin embargo, en Cuba
no hay democracia, cuando los diputados tienen que rendir cuentas a sus
votantes y pueden ser sustituidos por otros sin necesidad de que cumplan
su mandato. También PCE-IU defienden nuestra democracia por su
justicia, porque en ella un rico puede sortear el fisco, llevándose el
dinero a los paraísos fiscales, mientras el pueblo pasa hambre, se
suicida por perder su casa, se quema a lo bonzo porque no tienen que
llevar de comer a sus casas y soporta en masas enfermedades nerviosas.
Pero Cuba no es democrática y no importa el bloqueo criminal al que está
sometida la isla, que les hace pasar penurias. Por supuesto, democracia
es la española que persigue a los comunistas, caso de nuestro
secretario político en Las Islas Baleares, a nuestra Federación de
Jóvenes comunistas de Cazorla y Alcalá de Henares, Arenas, Otegi, y
tantos otros. Democracia es también masacrar a los pueblos, en nombre de
las libertades, pero no es democracia la que hay en Cuba, porque se
dedica a prestar servicios sanitarios y educativos a los pueblos que lo
necesitan.
Efectivamente
IU, al aceptar los fundamentos de la UE, está amparando órganos
económicos supranacionales dirigidos por los tecnócratas al servicio del
imperialismo europeo, que han hurtado a los países miembros sus
márgenes nacionales y que es capaz de poner y quitar gobiernos, como
recientemente ha ocurrido en Italia. Esta es la democracia del Sr.
Llamazares, la que quiere extender a todas las naciones del mundo.
En
definitiva, de nuevo la contradicción nos coloca a cada cual en su
lugar: por un lado, un pueblo pequeño como Cuba, sin empuñar las armas,
sólo con la cultura, la sanidad y la diplomacia acapara la atención del
mundo progresista y revolucionario; por el contrario, la “democracia”
del Sr. Llamazares, que tiene armamentos para acabar diez veces con la
humanidad y que emplea las guerras para seguir subsistiendo como “democracia libre”:
la democracia que infunde pánico entre los seres humanos y tiene
necesidad del crimen y la explotación para mantenerse en pie.
COMITÉ CENTRAL DEL
PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)
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