En el año 1.972 aparece un trabajo colectivo dirigido
por V.V. Zagladin con el título "El Movimiento
Comunista Internacional" que contempla lo siguiente:
"Los fundadores del marxismo-leninismo señalaban que
es preferible para la clase obrera la toma pacífica del
poder, un desarrollo pacífico de la revolución, ya que ese
camino responde mejor a los anhelos humanitarios y a los
ideales de los comunistas. "La insurrección sería una
locura allí donde la agitación pacífica puede llevar al
objetivo de forma más rápida y más segura" -decía
Carlos Marx. "La clase obrera preferiría claro está,
tomar el poder en sus manos de forma pacífica- subrayaba
Lenin".
Con este libro, podríamos decir, que la URSS, no hacía
sino, recoger y hasta legalizar las conclusiones a las que
habían llegado anteriormente una cantidad nada desdeñable
de partidos comunistas europeos que seguían sus procesos de
desnaturalización; aunque, además, registra también y
difunde universalmente la posición que venían adoptando
los sectores revisionistas dentro del PCUS envalentonados
desde el XX Congreso. Para los partidos comunistas europeos
absolutizar la vía pacífica hacia el socialismo, les
permitió renunciar a los principios marxistas. Para el
PCUS, está claro, que significó el triunfo del ala
reformista que venía socavando el socialismo desde su
propia base.
El revisionismo suele aferrarse a frases fuera de
contextos, también suele recurrir con la extraordinaria
habilidad que le ha caracterizado, a las situaciones
concretas que además son rarezas y ya caducas que
protagonizaron Marx, Engels y Lenin, para elevarlas a la
categoría de tesis universal. Tal fue, sin duda, el
proceder del PC. Francés cuando declaró en el célebre
"Manifiesto de Champigny" "los comunistas
junto con Marx, Engels y Lenin, consideraron siempre que la
revolución socialista no se confunde obligatoriamente con
la táctica de insurrección armada o el empleo de la
violencia. Siempre afirmaron que su preferencia va a la
realización de la revolución por vía pacífica, que es la
menos costosa tanto para la clase obrera y todo el pueblo,
como para las fuerzas productivas de la nación". Pero
el PC Francés jamás citó las obras en las que los padres
del marxismo, se expresaron en términos tan categóricos.
En la cita de Lenin a la que alude V.V. Zagladin:
"La clase obrera preferiría claro está, tomar el
poder en sus manos de forma pacífica- se ve claramente que
Lenin hablaba de un deseo de la clase obrera
"preferiría", pero nunca de una posibilidad
práctica de hacer la revolución por la vía pacífica.
Lenin fue siempre muy tajante, porque de esta forma
interpretó en todo momento las enseñanzas de Marx y Engel,
"La necesidad de educar sistemáticamente a las masas
en esta, precisamente en esta idea sobre la revolución
violenta, es algo básico en toda la doctrina de Marx y
Engels. La traición cometida contra su doctrina por las
corrientes social-chovinistas y Kautskianas imperantes hoy
se manifiesta con singular relieve en el olvido por unos y
por otros de esta propaganda, de esta agitación.
Del mismo modo las referencias de Engels, que los
revisionistas citan con tanto calor y reiteración,
discurren por idéntico camino según se desprende de lo que
dice Lenin: "Engels es lo bastante cauto para no atarse
las manos. Reconoce que en países con República o con una
libertad muy grande "cabe imaginarse" (¡solamente
"imaginarse"!) un desarrollo pacífico hacia el
socialismo".
Cuando Marx y Engels hablaron de la posibilidad de poder
transitar pacíficamente al socialismo, lo hicieron
refiriéndose a un tiempo muy concreto, la década del 70
del siglo XIX, aplicándolo a países donde el militarismo y
el burocratismo no se habían desarrollado aún. Sin
embargo, Marx y Engels, acaban con toda posibilidad e
ilusión pacifista en sus obras mas sobresalientes, como
destacó Lenin: "ya hemos dicho más arriba y
demostrado con mayor detalle en nuestra ulterior
exposición, que la doctrina de Marx y de Engels sobre el
carácter inevitable de la revolución violenta se refiere
al Estado burgués. Este no puede sustituirse por el Estado
proletario (por la dictadura del proletariado) mediante la
"extinción", sino solo como regla general,
mediante la revolución violenta. El panegírico que dedica
Engels a ésta y que coincide plenamente con reiteradas
manifestaciones de Marx (recordaremos el final de
"Miseria de la Filosofía" y del "Manifiesto
Comunista" con la declaración orgullosa y franca sobre
el carácter inevitable de la revolución violenta;
recordaremos la "Crítica del Programa de Ghota"
de 1875, cuando ya habían pasado casi treinta años, en la
que Marx fustiga implacablemente el oportunismo de este
programa), dicho panegírico no tiene nada de
"apasionamiento" ni de declamación, ni de salida
polémica" -Lenin, El Estado y la Revolución-
¿Cuál es el argumento principal que utilizan los
reformistas para negar la revolución violenta y además,
para motear a los revolucionarios de dogmáticos y otros
epítetos hirientes? Según el reformismo, hoy en día
cuando existe el capitalismo monopolista de estado, y cuando
la revolución técnico científica se ha adueñado del
proceso de producción, se dan todos los ingredientes para
pasar del capitalismo al socialismo mediante pasos
pacíficos.
Detrás de una tal teoría, se oculta no solo la renuncia
a la revolución violenta, sino a cualquier clase de
revolución, en el caso de que existiesen otras
posibilidades y vías. Pues para demostrar que sus teorías
son reales, han abjurado de todos los principios de la
revolución. Por ejemplo han abandonado cualquier táctica
que desemboque en la lucha de clases avanzada, por lo tanto,
en ningún trance y en ningún momento se encontrarán con
la necesidad de utilizar "una de las vías
posibles".
Hoy como ayer, la solución del problema radica en la
posición que cada cual tome frente al Estado: "la
lucha por arrancar a las masas trabajadoras de la influencia
burguesa en general y de la burguesía imperialista en
particular, es imposible sin luchar contra los prejuicios
oportunistas en lo concerniente al Estado" -Lenin El
Estado y la Revolución-
A veces, se repite el concepto leninista del Estado como
retórica sin reparar en sus consecuencias. Para Lenin el
Estado, además de ser el órgano de dominación de clase,
es también, un órgano de opresión de una clase por otra y
es finalmente el producto y la manifestación del carácter
irreconciliable de las contradicciones de clase.
A la vista de la definición que concede al Estado, Lenin
llega a la conclusión irremediable de que "resulta
claro que la liberación de la clase oprimida es imposible,
no sólo sin una revolución violenta, sino también sin la
destrucción del aparato del poder estatal" y dado que
"el Estado es el órgano de dominación de una
determinada clase, la cual no puede conciliarse con su
antípoda" -Lenin, El Estado y la Revolución".
El Movimiento Comunista Internacional, en pleno
desarrollo del revisionismo, enfatizó la posibilidad de que
la clase obrera alcanzara el poder por la vía pacífica,
apoyándose en la existencia de la URSS. Hoy podemos
esgrimir datos históricos irrefutables. Se afirma para
arrimar la razón hacia las posiciones pacifistas, que los
países de la Europa del Este donde se conformaron
democracias populares (forma de la dictadura del
proletariado), la clase obrera accedió al poder de un modo
más o menos pacífico, gracias a la ayuda y a la presencia
de la Unión Soviética.
El hecho fue que la URSS resultó triunfante en la 2ª
Guerra Mundial, de la que el capitalismo acabó con heridas
visibles que mermó durante algún tiempo su facultad de
reacción. Las burguesías de Hungría, Checoslovaquia,
Bulgaria, Rumania y Polonia no tenían fuerzas para buscar
el enfrentamiento abierto y esperaron a ocasiones mas
propicias. Pues la toma del poder de forma más o menos
pacífica (siempre existe grados de violencia) obliga a un
largísimo período de lucha contra los elementos que aún
subsisten casi intactos. De ahí que la burguesía esperara
a mejorar su situación preparada con minuciosidad con la
ayuda del imperialismo (1956-1968).
El levantamiento de la burguesía húngara en el 1956 nos
saca de dudas. El poder popular dado el carácter
"pacífico" de la revolución, no sintió la
"necesidad" de destruir inmediatamente el aparato
estatal (salvo la policía y el ejército) sino que lo fue
transformando paulatinamente. Por ello, la burguesía
conservó durante bastante tiempo su influencia y a veces el
control de la administración estatal, participando en las
decisiones y adopción de medidas en materia económica y
cultural "He ahí por qué, después del 23 de Octubre
de 1956, la burguesía supo, en unos cuantos días y de
forma suficientemente eficaz, organizar de nuevo sus filas y
actuar como una fuerza política activa" -Janos Kadar:
Artículos y discursos escogidos, 1957-1960-.
Con posterioridad al año 1991, se demuestra que en estos
países, las burguesías residuales, nunca fueron
desprovistas de todos sus privilegios, contribuyendo a la
malformación ideológica y económica del socialismo.
Los casos de España y Chile, Isla Granada y otros son
argumentos mas que elocuentes, que deniega la posibilidad de
la vía pacífica al socialismo, aún contando con la
existencia de una Unión Soviética potente e influyente.
Pero el primer intento que registra la historia de acceso
al poder por la vía pacífica lo encontramos en Hungría en
el año 1919, aprovechándose de la revolución
democrático-burguesa del 1918. La instauración de la
dictadura del proletariado en Hungría fue derrotada por el
imperialismo.
Es decir, la toma del poder por la vía pacífica (pero
siempre con determinado grado de violencia) obedece a
circunstancias muy peculiares y aún así, no significa que
el proceso revolucionario culmine en ese instante, o sea,
con la toma del poder del proletariado, ni tampoco significa
la rendición y desaparición de la burguesía, como no
puede decirse que el imperialismo desista de intervenir en
dicho proceso revolucionario.
Pero si la existencia de la URSS, junto al lado del campo
del socialismo, con un amplio Movimiento de Liberación
Nacional y un Movimiento Comunista Internacional influyente,
no han bastado para asegurar en ningún país del mundo una
experiencia favorable a la instauración de la dictadura del
proletariado de un modo pacífico, en la actualidad, cuando
no se dan ninguna de estas circunstancias, se nos antoja que
la revolución pacífica es una quimera, cuando no una
traición en toda regla.¿Acaso la Guerra de los Balcanes,
la invasión de Afganistán, la expoliación de IRAQ, los
intentos de golpes de estados en Venezuela, las
intimidaciones a Cuba, son hechos que niegan la
inevitabilidad de la revolución violenta y la instauración
de la dictadura del proletariado, después de destruir el
estado burgués, política, económica y
administrativamente.
La lucha por los mercados por parte de los países
imperialistas, conlleva a éstos a actuar indecorosamente,
desacreditando las instituciones por ellos mismos
construidas, ejercitando la fuerza, destruyendo pueblos y
naciones enteras, con tal de situarse cada cual en mejor
posición que su adversario.
¿Qué rasgo, entonces, evidencia la historia moderna
para creer que el imperialismo y la burguesía doméstica de
un país determinado, se mostrarán indolentes e impasibles
ante una revolución socialista? Es engañoso pensar que en
tal o cual época, que tal o cual burguesía imperialista,
es mas o menos democrática que otras. La llamada economía
de mercado impone su Ley, despiadada y cruel, que fuerza a
las burguesías a luchar constantemente, sin tregua por su
supervivencia o de lo contrario, se verán condenadas a
morir. La existencia de la OTAN, los intentos de Francia y
Alemania por introducir en la futura constitución europea
un artículo que ampare la facultad de Europa para
defenderse así misma militarmente, independientemente de la
OTAN, no son sino, dos datos explícitos de que los
monopolios imperialistas, intentan legalizar la presencia de
dos bloques militares, para defender sus intereses a través
de la guerra.
Solo un necio, o un traidor puede pensar y divulgar la
idea, de que las grande burguesías alemanas y francesas, no
intervendrían en el caso de un intento de revolución en
cualquier país de Europa, donde se juegan gran parte de sus
intereses, donde encuentran la fortaleza necesaria para su
supervivencia y para enfrentarse a los EE.UU. y Japón si
fuera preciso para conservar su cuota de mercado. La
invasión de IRAQ puso de relieve la supremacía y la
arrogancia de los EE.UU. pasando por encima de Alemania y
Francia, otrora, sus aliados más fieles y contribuidores.
Un partido que se precie de revolucionario, de
marxista-leninista, tiene que atender a las enseñanzas de
la historia, que confirman las tesis de Marx-Engels y Lenin,
por consiguiente, ha de educar a las masas, aclarándole que
el cometido del Estado y de todas y cada una de sus
instituciones, hasta la que goza de buena reputación (si es
que existe), es el de defender los intereses de la gran
burguesía a toda costa.
Del mismo modo que en octavillas, charlas coloquios y
demás, denunciamos el contenido político, económico e
ideológico de cualquier medida que tome una institución
estatal dada, también debemos denunciar su naturaleza
violenta.
Es muy probable, que surja algún incomprendido que no
entienda o repela este tipo de táctica, con la excusa de
que los trabajadores, no quieren hablar de violencia. Pero
eso no es así, y precisamente, es el obrero el que más la
sufre, y al que más se le bombardea con la propaganda de la
violencia, de las guerras. ¿Por qué, entonces no ha de
comprender la violencia que se ejerce contra él? ¿Cuál es
la misión del Partido?
Ahora bien, el partido de la clase obrera, no puede en
modo alguno, sin haber condiciones para ello inventárselas
y lanzarse a la aventura, llevar al obrero a un callejón
sin salida.
La política y la revolución es un arte y una ciencia,
como dijera Lenin, y el partido debe saber en cada momento
qué tipo de lucha corresponde a la realidad que le rodea,
según el estado de ánimo, la correlación de fuerzas etc.
La revolución no viene dada desde el cielo, hay que
fraguarla, estar en ella, prepararla y como nos dicen los
clásicos, siempre y en cada momento se ha de aprovechar
para educar las masas en ella.
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