domingo, 25 de noviembre de 2012

Una vía por donde la burguesía inocula su veneno ideológico o sobre la libertad de prensa y el derecho a la información de los capitalistas

La inmensa mayoría de los medios de comunicación de masas – prensa escrita, radio, televisión – están concentrados en manos de la burguesía en el estado español. Ya sea la burguesía multinacional, que es la que tiene la propiedad de los medios más poderosos, la burguesía nacional, o algunas burguesías periféricas todas poseen en sus manos medios con los que poder defender sus intereses de clase. También se aprecia cómo los grupos de las burguesías periféricas – Cataluña o Andalucía – son dependientes, por su menor potencial económico, de la oligarquía financiera y del estado burgués, debiendo admitir injerencias de éstos para mantenerse a flote, algo que se visualiza en el GRUPO ZETA y La Caixa o en el grupo Joly y la Junta de Andalucía y otras cajas andaluzas.

Incluso la jerarquía de la Iglesia Católica en el estado español dispone de grupo mediático. Sin embargo, el Pueblo Trabajador está totalmente despojado de ellos. No tiene medio de comunicación alguno y los que brotan de él o son ilegales o, en el caso de empezar a tener alguna influencia sobre el Pueblo, son rápidamente ilegalizados por el estado capitalista, una constante a lo largo de estas tres décadas de democracia burguesa.

La libertad de prensa en España es patrimonio de la burguesía internacional (Martin E Franklin, Nicolas Berggruen, Silvio Berlusconi, Sir Martin Sorrell, la familia Agnelli,…) y de las familias más ricas del estado (Ybarra, Luca de Tena, Lara, Abelló,…). La propiedad de los grupos de comunicación de masas del estado español, extrapolable a cualquier país capitalista, nos constata que la libertad de prensa es la libertad que tiene la minoría burguesa para entretener y engañar a la mayoría trabajadora de sus intereses de clase, un instrumento vital para inferir entre la realidad objetiva y la percepción del Pueblo, de las masas trabajadoras, respecto a esa realidad objetiva tratando de hacer que esa percepción sea lo más alejada de la realidad y lo más próxima a los intereses de la minoría explotadora: La burguesía, que es la poseedora de dichos medios.

El universo mediático del estado español nos deja bien patente que, bajo el capitalismo, libertad de prensa y derecho a la información son sinónimos de libertad para que un puñado de burgueses, con absoluta impunidad a través de siervos corrompidos por las prebendas de éstos, engañen, alienen y repriman ideológicamente al proletariado enarbolando la bandera de la mentira con tal de domeñar la psicología y la conciencia social del pueblo trabajador de tal modo que se perpetúe la dictadura del capitalismo monopolista de estado. El único principio que abraza la prensa burguesa es el de someter a los Pueblos, el de defender a capa y espada el régimen explotador y represor capitalista y a los asesinos que lo dirigen, justificar las guerras de rapiña y reprimir ideológicamente al proletariado, en definitiva, el de servir fielmente a los dueños de los medios de comunicación, la burguesía. La indignidad personificada la constatamos día a día al escuchar a los voceros que mañana, tarde y noche justifican, desde radios, periódicos, webs y televisiones a los explotadores y vilipendian y criminalizan a todos aquéllos que se enfrentan a ellos y luchan por un mundo libre de infames capitalistas. En palabras de Lenin, “Hoy libertad de prensa, en todas partes donde hay capitalistas, es la libertad de comprar periódicos, de comprar escritores, de sobornar y comprar y fabricar la opinión pública en favor de la burguesía. Eso es un hecho. Un hecho irrefutable.”. Por mucho que se hable de libertad de expresión y de supuesta igualdad, la expresión para que alcance a las masas debe instrumentalizarse a través de un medio de comunicación de masas pues, de no ser así, jamás les llegará a éstas; por consiguiente, al estar la mayoría trabajadora despojada de dichos medios de comunicación de masas, ya que se concentran en manos de la minoría explotadora y burguesa, está despojada de la libertad de prensa y, también, de la libertad de expresión pues ésta, para las clases laboriosas que son la mayoría de la sociedad, simplemente es inexistente o silenciada. Luchar por la libertad de expresión, por la libertad de prensa y por una sociedad igualitaria y justa es luchar a favor del socialismo y de la dictadura del Proletariado y en contra el capitalismo y la dictadura de la burguesía que nos roba la riqueza que generamos y pretende robar y corromper nuestras conciencias con sus sicarios de las plumas, cámaras y micrófonos vendidos al Capital, que inoculan el veneno ideológico burgués mediante sus medios de manipulación que son auténticos colmillos de víbora.

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